
Según un estudio israelí publicado el 16 de marzo, en el New England Journal of Medicine, concluyó que una cuarta dosis de las vacunas contra el COVID-19 pueden tener apenas «beneficios marginales» para jóvenes y adultos sanos.
Los estudios dirigidos por Gili Regev-Yochay, instructora de Epidemiología, indicaron que las ventajas de las tres dosis de la vacuna diseñada contra la cepa original del coronavirus habían llegado a su límite en términos de respuesta inmunitaria.
Los estudios se hicieron comparando la aplicación del biológico de Moderna y Pfizer, cuatro meses después de la aplicación de la tercera dosis a 270 colaboradores del Centro Médico Sheba de Tel Aviv.
El estudio fue contundente al mencionar que, quienes recibieron una cuarta dosis de Moderna tenían un 18% menos de probabilidad de infectarse, y quienes se aplicaron la cuarta dosis de Pfizer tenían un 30% menos de probabilidad que aquellos que tuvieron la tercera aplicación; así que incrementa los anticuerpos, pero no brinda la suficiente protección para evitar infecciones provenientes de la variante Ómicron.