David Racero, congresista del Pacto Histórico implicado en clientelismo y abuso laboral: audio revela que ofrecía trabajo por $1 millón sin prestaciones y jornadas de 13 horas

📸 Cortesía: Colprensa
David Racero: ¿Defensor de la justicia laboral o enredado en clientelismo?

Un aire de contradicción se instala en el corazón del Congreso colombiano. Este martes 3 de junio de 2025, Bogotá se estremece con la filtración de audios que ponen bajo lupa al representante a la Cámara por el Pacto Histórico, David Racero. En las grabaciones, se escucha cómo negocia condiciones laborales cuestionables y presuntamente reparte cargos públicos. Lo que llama la atención es el doble juego: Racero, conocido por su defensa férrea de la reforma laboral promovida por el gobierno de Gustavo Petro, aparece involucrado en actos que parecen desmentir sus discursos.

En concreto, un audio revela el posible abuso laboral en un negocio de frutas y verduras (fruver) vinculado a Racero, donde se describe un sueldo de un millón de pesos mensuales sin prestaciones sociales, con jornadas de trabajo que se extienden desde las 7:00 de la mañana hasta las 8:00 de la noche, con apenas un día de descanso semanal. Este testimonio choca con la imagen pública de Racero como un luchador por los derechos de los trabajadores, generando una sensación de vacío y desconfianza en su gestión.

Pero las sombras no se limitan allí. Otros registros sonoros revelan una presunta red de clientelismo que incluiría la coordinación para colocar y remover funcionarios en instituciones clave como el SENA y la aseguradora estatal Positiva. En diálogos con el exdirector del SENA, Jorge Londoño, Racero habla sin ambages de sacar a quienes ocupan cargos actualmente para instalar a personas “de confianza”, cuestionando así los principios meritocráticos que deberían regir la administración pública.

La Procuraduría General de la Nación, ante el impacto de estas revelaciones, ha decidido abrir una investigación disciplinaria tanto contra Racero como contra Londoño, poniendo en evidencia la gravedad de las acusaciones y la necesidad de esclarecer si se ha incurrido en fraude procesal o abuso de poder. Mientras tanto, el Congreso y la opinión pública observan con escepticismo cómo estas denuncias erosionan la confianza en los representantes populares.

¿Cuál será el futuro político y moral de David Racero? ¿Podrá la justicia avanzar entre tanta opacidad? En tiempos donde los discursos y las acciones parecen distanciarse, la ciudadanía espera respuestas claras que recuperen la fe en sus instituciones, sin importar a qué lado del espectro político pertenezcan los afectados. Pero el daño parece haber quedado sembrado, como una grieta abierta en el discurso progresista que complica la narrativa de transparencia y cambio que propone el Pacto Histórico.

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