Foto: Presidencia de Colombia
Posterior a sus intervenciones en el primer día de la Asamblea General de las Naciones Unidas, el presidente Gustavo Petro se reunió con Filippo Grandi, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, para conversar sobre los problemas migratorios en el país.
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Frente al éxodo de migrantes venezolanos y de otras nacionalidades que cruzan el tapón del Darién cada día, Petro indicó que algunas de las propuestas que llegan desde el exterior no ayudarían a frenar la situación. Cerrar las fronteras “es taponar el tapón, lo cual es bastante difícil. Se usan las personas que organizan el éxodo, rutas marítimas, etc. Yo creo que esa posición no es la eficaz”, explicó el presidente.
Debido a que la gran mayoría de los migrantes que viajan de forma irregular por las fronteras de Colombia con Panamá son de origen venezolano, Petro señaló que “la alternativa es desbloquear económicamente a Venezuela y una posibilidad es liberar fondos de manera progresiva”.
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En medio de esta conversación, Petro le comentó a Grandi que el flujo migratorio en Colombia ya es una realidad. Sin embargo, desde el lado panameño han señalado que las autoridades colombianas presentan falencias en el manejo de estas personas. El mandatario, por su parte, recalcó que un flujo de 3.000 migrantes diarios, por su proporción, es un “problema que genera cualquier cantidad de desastres humanitarios, de violación de derechos”.
Además, resaltó que “lo que nosotros buscamos es disminuir, con eficacia, el flujo de personas de todo el mundo por ese tapón, y producir, digamos, bienestar en sus países de origen”, y que “si disminuye el flujo de personas migrantes, disminuye la posibilidad de enriquecimiento de mafias”, una problemática ya denunciada anteriormente.
