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¿Colombia, nuevo faro del hidrógeno natural?
Este 4 de julio de 2025, la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) y el Ministerio de Minas y Energía anunciaron un descubrimiento que podría cambiar el rumbo energético de Colombia: yacimientos significativos de hidrógeno natural en su subsuelo.
Cinco pozos exploratorios, localizados en la cordillera Oriental y la cuenca Sinú-San Jacinto —zonas del norte y centro del país— revelaron la presencia de hidrógeno blanco, un gas que se forma de manera natural bajo tierra. En el pozo Macanal-1X, la concentración alcanzó las 36.110 partes por millón a 600 pies de profundidad, una cifra que no solo confirma la riqueza del hallazgo, sino que indica un entorno geológico idóneo para la generación continua de este recurso.
Este gas no es producto de la industria, sino de procesos geológicos milenarios: la oxidación de minerales y la descomposición térmica de materia orgánica que, a diferencia del hidrógeno industrial, no deja huella de carbono directa. Se trata, pues, de un combustible limpio, permanente y con un enorme potencial para diversificar la matriz energética colombiana.
El presidente de la ANH, Orlando Velandia Sepúlveda, reconoció la dimensión histórica del acontecimiento: “Este hallazgo inaugura una nueva etapa en la exploración energética del país”, afirmó, destacando su papel para impulsar una economía descarbonizada y sostenible. Mientras tanto, el Ministerio de Minas y Energía se prepara para diseñar estrategias que conviertan esta oportunidad en desarrollo económico y ambiental.
Sin embargo, el camino no está libre de incertidumbres. Explorar y explotar hidrógeno natural exige tecnología, inversiones y regulaciones claras. Además, la ciudadanía y los expertos observan con atención si Colombia podrá traducir este descubrimiento en beneficios concretos, sin repetir los desaciertos del pasado en otros sectores extractivos.
¿Estamos entonces ante el amanecer de un Colombia renovado, pionero en la transición energética mundial? La respuesta está aún bajo tierra, oculta en las rocas y en la voluntad política que decida levar este hallazgo hacia un futuro limpio y justo. Pero una cosa queda clara: el país acaba de abrir una puerta hacia la élite global del hidrógeno natural. ¿Será capaz de atravesarla?