📸 Cortesía: Mario Tama/Getty Images
¿INTELIGENCIA ARTIFICIAL CONTRA DERECHOS DE AUTOR? EL CHOQUE ENTRE GIGANTES Y MIDJOURNEY
Inteligencia artificial, creación y propiedad en pugna.
Este jueves 12 de junio de 2025, en Los Ángeles, dos colosos de la industria del entretenimiento, Disney y NBCUniversal, dieron un paso decisivo al presentar una demanda conjunta contra Midjourney, plataforma líder en generación de imágenes mediante inteligencia artificial.
La acusación principal versa en que Midjourney permite la creación y difusión de imágenes hiperrealistas de personajes emblemáticos protegidos por derechos de autor, entre ellos Elsa de Frozen, Spider‑Man, Darth Vader, Yoda, Homero Simpson y los Minions. Estas imágenes serían el resultado de modelos de IA entrenados sin autorización alguna sobre obras registradas, según detalla la demanda que abarca 110 páginas.
Los demandantes trazan un paralelismo irónico: describen el sistema de Midjourney como una “máquina expendedora virtual” capaz de producir copias no autorizadas de sus obras favoritas una y otra vez, sin límite. En palabras reveladoras de la demanda: > La piratería es piratería, incluso si la realiza una IA.
Para ilustrar su planteamiento, Disney y NBCUniversal adjuntaron imágenes generadas mediante comandos como Chewbacca, screenshot from movie o Superhero fight scene, que, aseguran, reproducen fielmente personajes y escenas reconocibles, aun sin nombrarlos explícitamente.
El reclamo legal no sólo busca una orden judicial inmediata que frene la creación de estas imágenes en la plataforma, sino también compensaciones económicas por el uso alegado y no autorizado de su patrimonio creativo. Esta demanda no aparece en el vacío: se enmarca en un contexto de creciente tensión entre los guardianes tradicionales del entretenimiento y las nuevas tecnologías de IA, que ponen en jaque conceptos sobre autoría, propiedad y ética al habilitar la emulación casi perfecta de obras protegidas.
Por ahora, Midjourney no ha emitido declaraciones oficiales
Esta contundente acción judicial abre una nueva página en el debate sobre los límites y desafíos que plantea la inteligencia artificial en la creación artística, configurando un precedente relevante tanto para Hollywood como para la industria creativa global. ¿Puede un algoritmo piratería sin rostros ni voces? ¿Quién protegerá a los creadores en esta era digital?