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Dormir menos: ¿un riesgo invisible para el corazón?
Este viernes 25 de julio de 2025, en Bogotá, un estudio revelador volvió a poner bajo la lupa un hábito cotidiano: el sueño. La Sociedad Colombiana de Cardiología, en conjunto con el Ministerio de Salud, presentó un informe que advierte sobre un enemigo silencioso en la salud pública: dormir menos de seis horas al día eleva drásticamente el riesgo de enfermedades cardiovasculares entre adultos colombianos.
La investigación, que abarcó desde 2022 hasta 2024, recolectó y analizó datos clínicos de 12.000 adultos entre los 30 y 60 años. Los resultados no son menores: quienes acumulan noches crónicas de menos de seis horas de descanso aumentan un 35 % sus probabilidades de padecer hipertensión arterial, enfrentan un 27 % más riesgo de arritmias y presentan un inquietante 42 % de incremento en niveles de estrés oxidativo. Este último, un indicio claro de daño celular vinculado al envejecimiento y a afecciones cardíacas.
El equipo que lideró este estudio, integrado por cardiólogos bogotanos, responde a una inquietud creciente en Colombia: el auge de trastornos del sueño y sus consecuencias silenciosas pero letales. Esta investigación local se alinea con las alertas internacionales. Instituciones como el American College of Sleep Medicine y la Fundación Internacional del Sueño han señalado desde hace años cómo la ausencia de un buen descanso potencia no solo enfermedades metabólicas, sino también infartos y accidentes cerebrovasculares.
«El sueño no puede seguir siendo un lujo ni una cuestión alejada de la clínica diaria. Es un pilar fundamental en la prevención cardiovascular», subrayó el Dr. Mauricio Gaitán, cardiólogo de la Fundación Cardioinfantil. Sus palabras resonaron con evidencia científica que demuestra que la carencia de sueño fomenta inflamación, altera el metabolismo y desajusta hormonas vitales para el corazón.
Ante este panorama, el Ministerio de Salud tiene claro que la prevención pasa por hábitos saludables que rescaten la calidad del sueño. Siguiendo las recomendaciones validadas por la Organización Mundial de la Salud y la Fundación Internacional del Sueño, se aconseja evitar pantallas al menos una hora antes de acostarse y mantener horarios regulares para dormir.
La llamada de atención es clara: en un país donde la vida se acelera, el descanso parece haber quedado relegado. Pero mientras el reloj avanza, el corazón de miles de colombianos sigue pagando el precio de ese déficit. ¿Podrán las autoridades y la sociedad recuperar el valor de dormir bien antes de que el daño sea irreversible? La respuesta podría marcar la diferencia entre un futuro de salud o uno marcado por la sombra de la enfermedad.
