Dos muertos y seis heridos. Saldo de ataque a parroquia católica.

📸 Imagen cortesía: Cuenta de X Universitarios Católicos
¿Iglesia bajo fuego? Conmoción en Gaza

Un domingo marcado por la violencia y el asombro. El 17 de julio, en la desgarrada Franja de Gaza, un ataque aéreo atribuido a las fuerzas israelíes impactó directamente la Iglesia de la Sagrada Familia, la única parroquia católica de la región. La mañana trajo consigo no solo escombros, sino también la trágica cifra de al menos cuatro muertos y siete heridos, entre ellos el párroco argentino Gabriel Romanelli, quien se ha convertido en símbolo de la tragedia y la resistencia local.

El templo, situado en la zona norte de Gaza y reducido a un refugio para cerca de 500 desplazados por la guerra, se vio envuelto en el fuego cuando un proyectil destruyó su fachada. Entre las víctimas fatales se encuentran dos mujeres, mientras que el grupo herido incluye personas vulnerables y el propio sacerdote Romanelli, cuyo estado crítico ha movilizado la solidaridad de comunidades locales y del Vaticano. No es solo un edificio dañado, es un refugio de esperanza convertido en blanco inesperado.

El Patriarcado Latino de Jerusalén, voz autorizada en Tierra Santa, expresó su alarma por la gravedad del ataque. Pierbattista Pizzaballa, cardenal y máximo responsable católico en la región, señaló que, según informes militares israelíes, un tanque podría haber disparado por error contra la iglesia. Sin embargo, la duda persiste: ¿fue realmente un error o una señal del conflicto que arrasa sin distinguir santuarios? Por su parte, el ejército de Israel, sin admitir una acción intencionada, anunció una investigación y lamentó las pérdidas humanas, dejando un vacío de respuestas en cuanto a los objetivos y motivos.

La repercusión internacional no se hizo esperar. Voces políticas y religiosas, desde la primera ministra italiana hasta el Papa León XIV, condenaron el ataque y clamaron por un cese inmediato de hostilidades. En un mundo saturado de conflictos, la devastación de un recinto sagrado añade una herida más a la ya sangrante Gaza y plantea interrogantes sobre los límites del respeto y la humanidad en tiempos de guerra.

¿Podrá la paz imponerse sobre el ruido de las armas? La iglesia, símbolo de fe y refugio, ahora queda en ruinas, mientras la ciudadanía mundial observa con incertidumbre y espera respuestas que poco a poco se desvanecen en el eco de un largo conflicto.

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