📸 Cortesía: X Andrés Julián Rendón
¿Infancia marcada por la violencia?
En la mañana del viernes 10 de octubre, el municipio de San Andrés de Cuerquia, en el norte de Antioquia, despertó con una tragedia que golpea al corazón mismo de la comunidad.
Dos hermanos, de seis y ocho años, iban rumbo a la escuela cuando un artefacto explosivo detonó a pocos metros, arrancando un brazo a uno de ellos y dejando graves heridas en ambos. La infancia y la inocencia, interrumpidas violentamente.
El gobernador de Antioquia, Andrés Julián Rendón, no tardó en señalar con firmeza a los responsables: las disidencias de las Farc, grupos armados que, según afirmó, perpetúan el terror y violan de manera flagrante el Derecho Internacional Humanitario. “Denunciaré ante la comunidad internacional estas violaciones al DIH”, advirtió el mandatario, mientras la denuncia evidencia las grietas en la llamada “paz total” del actual gobierno colombiano.
Las autoridades actuaron con rapidez para mitigar el dolor: el Departamento Administrativo de Gestión del Riesgo de Desastres (Dagran) junto con la Fuerza Aeroespacial Colombiana coordinaron el traslado urgente de los menores a Medellín, donde reciben atención hospitalaria especializada, vital dada la gravedad de sus heridas.
La voz del gobernador se escucha clara y sin espacio para la indiferencia: “Su terrorismo no se puede esconder… van es para la cárcel o el infierno”. Palabras que resuenan ante un territorio donde la violencia no da tregua y la comunidad solo aspira a recuperar la paz que le ha sido negada.
Este episodio abre nuevamente un capítulo oscuro y doloroso en la historia regional. Mientras los niños luchan por sus vidas, la pregunta queda flotando en el aire: ¿Cuántas más deberán sufrir para que la justicia realmente haga valer su palabra?
