📸 Imagen cortesía: Ministerio de Defensa
¿Defensa en jaque?
Este miércoles 17 de septiembre de 2025, en el corazón de Bogotá, el ministro de Defensa de Colombia, Pedro Sánchez, enfrentó una moción de censura que desnudó una profunda crisis de confianza en su gestión.
Los hechos surgieron el martes anterior, cuando el sargento retirado Alexander Chala filtró capturas de pantalla de un chat privado que, según sus denuncias, implicarían a Sánchez en manejos contractuales opacos. En esos mensajes, el ministro supuestamente indicaba que “Presidencia no se tiene porque enterar o intervenir en el proceso”, sugiriendo un actuar al margen del presidente Gustavo Petro y a favor de terceros. Estas revelaciones desencadenaron un torbellino político y militar, con voces que le acusaron de traición y de priorizar intereses personales sobre la seguridad nacional.
Pedro Sánchez no tardó en responder: desde su cuenta oficial en la red social X, calificó las acusaciones de “infundadas y calumniosas”, alegando que las conversaciones habían sido falsificadas para erosionar la estabilidad entre las Fuerzas Armadas y el Ejecutivo. Además, anunció que presentará acciones legales contra quienes difundieron lo que denominó “pruebas manipuladas”, sean civiles o exmilitares.
Este episodio pone en el centro una crisis que trasciende los relatos individuales. El ministro llega en medio de un entorno complejo, marcado por el aumento de la violencia y cuestionamientos sobre la eficacia y transparencia en la gestión de la Defensa. La moción de censura no sólo refleja un conflicto personal, sino el vacío de confianza que padece una institución clave para la estabilidad del país.
¿Podrá Pedro Sánchez limpiar su nombre y, sobre todo, restaurar la credibilidad de las Fuerzas Militares ante una ciudadanía que observa con escepticismo? La moción seguirá su curso, mientras Colombia desentraña, entre sombras y acusaciones, el pulso de su legítima defensa.