📸 Imagen cortesía captura de transmisión en vivo gala Balón de Oro
¿“Condenado al Éxito” en la alfombra del Balón de Oro?
Un lunes de septiembre vibró más allá de un estadio. El 22 del mes nueve del año 2025, en el Théâtre du Châtelet de París, la historia del arte urbano colombiano se escribió con notas y emoción. Blessd, el reguetonero antioqueño que responde al sobrenombre de “El Bendito”, fue el primero en cruzar la frontera de un evento tradicionalmente reservado para el fútbol: cantó en la gala del Balón de Oro.
Fue un instante singular, un verso en el poema que entrelaza la música y el deporte, dos fuerzas que en este siglo alimentan la proyección global de talentos como Blessd. A las doce del mediodía, siguiendo la hora colombiana, su voz se elevó con “Condenado al Éxito II”, y fue esa canción, justamente, la que abrió la alfombra roja a las figuras del balompié que irrumpían en el recinto parisino. La transmisión, realizada por las plataformas oficiales y la cadena Disney+, llevó ese momento a rincones lejanos y cercanos por igual, mientras las redes sociales celebraban el evento con entusiasmo.
Pero más que la fecha o el lugar, el gesto encierra un significado mayor: no solo es el primer colombiano en presentarse en esta prestigiosa ceremonia, sino también el primer exponente del reguetón colombiano en ser invitado a una cumbre global del deporte rey. La gala, organizada por France Football en alianza con la UEFA, ha visto en el pasado a estrellas como Andrea Bocelli, Raw Alejandro o Rema en su cartel, pero nunca la fusión de la melodía urbana y la pasion futbolística había hecho sentir su pulso desde este género.
“Representar a los latinos, a mi país, y a todos los soñadores en el Balón de Oro, no es solo un honor, es un sueño cumplido”, dijo Blessd con la sencillez de quien sabe que su canto traspasa fronteras. La alfombra, lugar de abrazos, selfies y firmas, fue el escenario donde lo humano se entrelazó con la gloria deportiva, donde la música habló el idioma universal del entusiasmo y la identidad.
Este lunes parisino es más que un solo de reguetón; es una parte más del tejido que une culturas, géneros y generaciones. ¿Será esta una nueva era donde el eco del arte urbano resuene en todas las ceremonias clásicas? Por ahora, “El Bendito” dejó su huella antes de que la pelota ruede y los reflectores deportivos sigan iluminando caminos.
El Balón de Oro no solo premia goles; ahora, también celebra ritmos que conquistan el alma. ¿Podrá esta alianza tan prometedora romper más barreras? El tiempo y la melodía lo dirán.