“El gas de los hogares no se toca”: MinMinas

📸 Imagen cortesía: Imagen creada con IA. Imagen de referencia
¿Gas en casa, sin sobresaltos?

Este jueves 9 de octubre de 2025, el Ministerio de Minas y Energía despejó una preocupación que rondaba a muchos hogares colombianos: durante el mantenimiento programado de la planta de regasificación de la Sociedad Portuaria El Cayao (SPEC) en Cartagena, que tendrá lugar entre el 10 y 14 de octubre, el suministro de gas natural estará garantizado sin interrupciones.

La viceministra encargada, Karen Schutt, desde Medellín y al frente del Centro Nacional de Despacho, fue tajante: «El gas para los hogares está completamente garantizado». Sin lugar a duda, descartó cualquier posibilidad de racionamiento doméstico en esos días críticos en la infraestructura energética del país.

El motor de esta garantía es un esquema de priorización diseñado con precisión: en primer lugar, atender las necesidades del hogar, luego la generación eléctrica, y finalmente, el sector industrial. Este orden responde al mandato expreso en la Ley 142 de Servicios Públicos, que obliga al Estado a asegurar la suficiencia energética para la demanda esencial de la ciudadanía.

“No se trata de racionamiento, sino de una redistribución inteligente entre faltantes y excedentes”, aclaró Schutt. En esta lógica, la industria, cuyo consumo es elevado, deberá ajustarse al recurso disponible y buscar soluciones a través de acuerdos comerciales privados, mientras que los hogares mantendrán su acceso sin restricciones.

Rechazando las críticas sobre una supuesta gestión tardía en la preparación para esta contingencia, el Ministerio recordó que los preparativos vienen de al menos seis meses atrás. Un trabajo coordinado y anticipado entre las autoridades y operadores permitió diseñar este plan que busca minimizar impactos y asegurar que el latido del gas natural, ese elemento invisible pero vital en tantos hogares, no se detenga.

En la práctica, el mantenimiento de la regasificadora —pieza nodal para el abastecimiento nacional— provoca una pausa indispensable pero delicada. Sin embargo, el esquema aplicado invita a preguntarse: ¿está realmente blindada la dependencia energética ante futuras eventualidades? ¿Las prioridades siempre atenderán la cotidianidad de las personas o podrían sucumbir ante presiones industriales? Por ahora, entre el 10 y el 14, las familias pueden respirar tranquilas. Pero la experiencia advierte que la energía, esa que mueve casas y vidas, nunca puede darse por sentada.

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