📸 Imagen cortesía Juan Antonio Sánchez
El pulso del Atanasio: el DIM luce nueva piel y recoge un empate vibrante
Nervios y pasión en la noche del domingo 21 de septiembre de 2025. En el colosal escenario del estadio Atanasio Girardot, el Independiente Medellín reveló su nueva camiseta ante su público, una instantánea que remite a tradiciones y esperanzas renovadas. Sin embargo, la gran narrativa de la jornada no estaba solo en la indumentaria, sino en un choque electrizante que terminó con un 2-2 frente al Junior de Barranquilla, un duelo que sacudió el corazón de la Liga Colombiana.
El partido, correspondiente a la fecha 12, fue un dividido relato de dos tiempos muy distintos. La primera mitad transcurrió con el murmullo del tanteo. Las tímidas aproximaciones, con un remate de Brayan León y otro de Facundo Fydriszewski para el DIM, y una respuesta potente de Guillermo Paiva para el visitante, ponían la mesa sin resultados visibles. El arco de Éder Chaux permanecía inalterable, testigo mudo de una pausa tensa.
Pero fue en la segunda parte cuando el escenario estalló en emociones. En un abrir y cerrar de ojos, José Enamorado capitalizó un rebote sin marca para poner al Junior adelante, y Jesús Rivas amplió la brecha con una delicada definición que cambió el aire del Atanasio. Un golpe temprano y contundente para el local que parecía desbordado.
Sin embargo, la reacción del Medellín fue tan inmediata como visceral. Con la autoridad de quien siente la obligación de no ceder terreno, Francisco Chaverra descontó desde el punto penal, señal inequívoca de que la batalla estaba lejos de decidirse. Y a sólo cuatro minutos, Jarlan Barrera, en un gesto cargado de respeto que impidió cualquier celebración, selló el empate con un remate potente que resonó en la tribuna y marcó su primer gol con la camiseta roja.
El Junior no se resignó y dispuso de otra ocasión desde los doce pasos a los 68 minutos, pero el destino negó la oportunidad de quedarse con la victoria. Un desenlace que mantiene a ambos equipos en la cúspide de la tabla —Junior en segundo y DIM tercero—, reflejo de una temporada que se tensa y promete más escenarios como este.
Más que un empate, la noche en Medellín fue una muestra palpable de la intensidad, la estrategia y las emociones que hacen del fútbol colombiano un espectáculo entrañable. La nueva camiseta del DIM no solo vistió a un equipo, sino a una hinchada ávida de gestos heroicos y de historias cargadas de vida. ¿Podrá este equipo mantener ese carácter en las jornadas venideras? La respuesta seguirá escribiéndose en canchas como esta, bajo la mirada ferviente de su gente.
