Turquía ha sido uno de los países más importantes durante el desarrollo de la guerra rusa en Ucrania por su posición geográfica en el mar Negro y su poderío militar y armamentístico, por eso es una de las voces con más fuerza actualmente en la OTAN. Su fuerza, precisamente, ha impedido la anexión de Suecia a esta Alianza desde que se presentó su postulación desde 2022, siendo la única nación en negar su ingreso. Sin embargo, Turquía podría cambiar de decisión tras un par de exigencias.
Para el ingreso de Suecia en la OTAN, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, pide que primero se retomen las negociaciones sobre la entrada de su país en la Unión Europea, y que solo así se unirá a la votación positiva del país escandinavia a la Alianza Atlántica. Pero esta posición es problemática. La relación entre estos dos países ha estado marcada por roces religiosos y diplomáticos, sobre todo en materia de políticas islámicas, que enmarcan el gobierno de Erdogan.
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Estos asuntos se discutirán en la próxima cumbre de la OTAN que tendrá lugar esta semana en Vilna, capital de Lituania. Antes de su arribo a la ciudad, Erdogan se pronunció sobre los temas que llevará a la cumbre, entre los que incluyó este:
“En esta ocasión, destacamos un hecho: Casi todos los países miembros de la OTAN son miembros de la Unión Europea. Llamo a los países que han hecho esperar a Turquía en la puerta de la UE durante más de 50 años: Vamos primero, abran el camino para Turquía en la Unión Europea; abriremos el camino para Suecia, tal como abrimos el camino para Finlandia”.
Turquía ha buscado ingresar en la Unión Europea desde hace 36 años, siendo en 1999 cuando más cerca estuvo de entrar, pero actuaciones de los últimos años que, según esta organización, han debilitado la democracia, el Estado de derecho y los derechos humano, han alejado cada vez más a Turquía de que se cumpla esta intención. Por esto, la ‘propuesta’ que realizó este país como exigencia para aprobar el ingreso de Suecia a la OTAN.
