El legado que no muere, ¿cuántos millones sigue generando Diomedes?, revela su hijo
El legado que no se apaga: Diomedes y su fortuna musical
Alma que no muere.
Barranca de Upía, Colombia, 2024. Más de diez años han transcurrido desde aquel 22 de diciembre de 2013 cuando **Diomedes Díaz**, el indiscutible «Cacique de La Junta», dejó este mundo. Sin embargo, su obra y nombre se mantienen vivos, no solo en el corazón de millones sino también en cifras que sorprenden. Su legado musical sigue generando millones que, según reveló **Rafael Santos Díaz**, su hijo mayor, nutren económicamente a sus herederos.
Cada trimestre, los **21 hijos reconocidos** de Diomedes reciben entre **20 y 30 millones de pesos colombianos** en regalías y derechos de autor, una cifra que alcanza hasta **630 millones** en conjunto. Esta realidad numérica confirma que la música del legendario vallenatero no solo trasciende el tiempo, sino que provoca una continuidad económica que pocos artistas pueden ostentar.
Rafael Santos Díaz, en la intimidad de un pódcast llamado “El Mundo de Aco” conducido por el actor Aco Pérez, abrió una ventana a esa dimensión fiscal que su progenitor logró edificar. “Mi papá está generando mucho dinero. A nosotros, a cada hijo, trimestralmente nos están llegando 20 o 30 millones de pesos. A cada hijo, somos una pila”, confesó el cantante con una mezcla de asombro y aceptación. Más allá de la fortuna, recordó que Diomedes anticipó esta vigencia: “Yo, después de muerto, voy a dar más plata que ahora que estoy vivo. Así que ahorren”. Una frase que parece un cum clave sobre la perdurabilidad de la música y sus frutos.
Es importante traer a colación la trayectoria de **Diomedes Díaz Maestre**, quien en vida firmó un catálogo impresionante con más de **50 álbumes**. Su producción artística, a veces controversiales en lo personal, ha fijado un estándar en el folclore colombiano y sus ecos comerciales siguen sorprendiendo. El impacto económico de esa obra no es casualidad; es producto de una marca cultural que, en un país como Colombia, se traduce también en un capital simbólico y tangible.
Pero el legado que sigue latente plantea preguntas más profundas: ¿Qué significa para las familias que dependen de ese caudal? ¿Cómo se distribuyen esas regalías en el contexto de una familia tan numerosa? Y, sobre todo, ¿qué dice este fenómeno sobre la gestión y conservación del patrimonio cultural en la música popular? La historia de Diomedes podría leerse entonces como un faro, demostrando que la inmortalidad artística puede ir de la mano con la persistencia económica, aunque también con sus tensiones y sombras.
Mientras tanto, en este 2024, la figura del “Cacique” sigue reinando, no solo en la memoria de sus seguidores sino en cuentas bancarias dispersas que testimonian que, en la música como en la vida, la huella no se desvanece. ¿Podrá la herencia seguir manteniendo esa vitalidad en el futuro incierto de la industria musical? ¿O la fortuna de Diomedes se convertirá en un enigma más entre las glorias desvanecidas? El legado permanece, como la canción que no cesa y la voz que se resiste a apagarse.
