📸 Cortesía: red social X @PactoCol
¿El adiós de un liderazgo, el nacimiento de otro?
Este sábado 26 de octubre de 2025, el Pacto Histórico, la coalición que llevó a Gustavo Petro a la presidencia de Colombia, abrirá las urnas para elegir a su próximo candidato presidencial de cara a las elecciones de 2026. Pero lo que sobresale no es solo la votación en sí, sino la ausencia decidida de Petro en la contienda, un gesto claro que marca un giro en la historia reciente de la izquierda colombiana.
La consulta interna, avalada por la Resolución 00701 del Consejo Nacional Electoral (CNE), no solo pondrá en juego la candidatura presidencial, sino que también definirá las listas cerradas para el Congreso. Esta doble votación refleja un paso estratégico hacia la consolidación del Pacto Histórico como un partido unificado, tras la presentación en junio pasado de los documentos para su fusión legal ante el CNE. “En 2022 teníamos a una persona con un liderazgo absolutamente consolidado; ahora entramos en un periodo de transición”, observa la senadora María José Pizarro, asumiendo la complejidad del momento.

En el centro de esta abierta competencia estarán figuras como Susana Muhamad, exministra de Ambiente; Gustavo Bolívar, exsenador; Carolina Corcho, exministra de Salud; y Camilo Romero, exgobernador. Todos, precandidatos que ven en la consulta una “forma justa y democrática”, en palabras de Muhamad, de seleccionar un relevo que fortalezca la unidad y amplíe la base social del movimiento. Para ello, la coalición ha lanzado una ambiciosa campaña de afiliación masiva que aspira a sumar más de 500.000 nuevos militantes, buscando transformar una coalición que nació para ganar, en un partido con raíces firmes y futuro colectivo.
Este ejercicio electoral no es solo un acto burocrático, sino el punto de partida de una nueva etapa que busca dejar atrás el personalismo y abrir paso a un liderazgo plural y renovado. Será el primer test real de si el Pacto histórico puede trascender la figura de Petro y consolidarse como una fuerza política de largo aliento. ¿Podrá el 26 de octubre suponer no solo una elección, sino un reacomodo profundo en la izquierda colombiana? La respuesta empieza a escribirse en las urnas, mientras la ciudadanía observa expectante el futuro que se cocina en el movimiento que transformó la escena política del país.