
Una combinación de drogas sintéticas, vendida como si fuese la fórmula de un coctel compuesto por diferentes sabores, se presenta de color rosa y posee un alto nivel de adicción que la posicionan en una escala de alta peligrosidad.
La cocaína rusa o mayormente conocida como tusi o tucibí, es catalogado según el Observatorio de Drogas de Colombia, como un producto compuesto por ketamina, cafeína y éxtasis, esta mezcla de sustancias psicoactivas causa efectos alucinógenos y aumenta el grado de euforia.
La historia del ‘tusi’ en Medellín es la de una droga que empezó su comercio en el parque Lleras como ´producto de la temporada´ y ahora se trafica en cualquier espacio de la ciudad. Esa transición entre el auge y el desprestigio está vestida de fiesta, euforia, baile, color, pero también, de traiciones y asesinatos, como es común verlo en el bajo mundo.
Fue introducida a Colombia en 2006 por traficantes independientes que la descubrieron en rumbas electrónicas de Alemania y Holanda. Las bandas de “la Oficina” popularizaron el tusi al sacarlo de las fiestas con mayor estrato social e incluirlo en plazas callejeras como las de Barrio Antioquia.
Entre el 2014 y 2018 se dio el mayor auge de esta droga en Medellín y en Colombia; su mercado se comenzó a extender en la vida nocturna y según investigadores judiciales, los expendedores comercializaron la cocaína rosa en algunas carreras de DJ, modelos y en conciertos de reggaetón, guaracha y electrónica.
Hoy por hoy, el crecimiento del consumo del tucibí en la población se incrementó hasta el punto de practicarlo a cualquier hora del día y en cualquier espacio. El polvo rosado es un fenómeno que está fuera de control en la capital antioqueña y aunque la sensación les pinta un mundo ´color rosa´, las autoridades no dan abasto para combatir la distribución.
De acuerdo con un informe del Ministerio de Justicia, entre el 2009 y 2021, a través del Sistema de Alertas Tempranas de Colombia se han detectado 43 Nuevas Sustancias Psicoactivas (NSP). “A través del monitoreo observamos mezclas, presencia de adulterantes, incluso falsificaciones, de tal forma que las personas no saben lo que consumen”.