
El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, se convirtió en el primer presidente del país latinoamericano en enfrentar un juicio político y una posible destitución desde que la figura fue aprobada en la constitución del 2008.
Lasso, quien enfrenta cargos ante la Asamblea Nacional por peculado, se ha defendido diciendo que «Pretenden hallarme culpable de aquello que yo mismo he denunciado».
En un intento desesperado por frenar el inminente juicio ante los 137 legisladores que conforman la Asamblea Nacional Ecuatoriana, Lasso solicitó a la Corte Constitucional del país que suspendiera el enjuiciamiento, pues existían inconsistencias en el procedimiento.
Esta solicitud fue negada y el juicio comenzó el martes 16 de mayo; día en que también terminó, pues, el mandatario se jugó la carta de la denominada ‘muerte cruzada’; que no es otra cosa distinta a la caída tanto suya, pero también del legislativo; pues mediante el decreto Ejecutivo 741, y amparado en el artículo 148 de la Constitución, Lasso disolvió la Asamblea Nacional y solicitó al CNE nuevas elecciones.
“El Ecuador tiene la necesidad de un nuevo pacto político y social, que le permita salir de la grave crisis política en la que se encuentra y que, lamentablemente, cada día se profundiza.” Fueron las palabras de Lasso, luego de su decisión. Desde ahora, Guillermo Lasso, gobernará mediante decretos, mientras se llevaban a cabo las elecciones presidenciales y parlamentarias; que deberían realizarse en los próximos siete días.