📸 Cortesía: Joel González – Presidencia
EPS en crisis: patrimonio negativo supera los $10,2 billones y Petro señala a la corrupción
Un peso que se desploma y una salud que tambalea.
Este 5 de junio de 2025, Colombia observa con preocupación la confirmación de una crisis que se agrava. Según el más reciente informe de Así Vamos en Salud, al cierre del primer trimestre de este año, **23 Entidades Promotoras de Salud (EPS)** acumulan un **patrimonio neto negativo conjunto de $10,2 billones**, cifra que no solo refleja una caída, sino un salto dramático desde los -$429.000 millones registrados en igual periodo de 2022.
El informe, basado en datos oficiales de la Superintendencia Nacional de Salud y el Ministerio de Salud, no solo revela números alarmantes. El **91,5% de la cartera de estas EPS está vencida**, un indicio claro de la morosidad que golpea la entrada de recursos para prestadores médicos y, en última instancia, amenaza con erosionar la calidad y la continuidad de la atención que reciben millones de colombianos.
¿Por qué esta debacle? La respuesta se encuentra en una combinación tormentosa: insuficiencia de recursos, acumulación de pérdidas operativas y una cartera morosa que se extiende sin freno. Durante el primer trimestre de 2025, las EPS reportaron **pérdidas operacionales por $1 billón**, con ingresos de la Unidad de Pago por Capitación (UPC) que ya no alcanzan a cubrir los costos médicos y administrativos, exhibiendo una siniestralidad promedio del 102%, por encima del punto crítico.
Detrás de estos números se encuentran entidades como la Nueva EPS, cuyo silencio dura ya seis trimestres sin presentar informes, sumergiendo en un vacío de información a supervisores y usuarios por igual.
En medio de este panorama, el presidente Gustavo Petro apunta directamente a la **corrupción como una de las raíces más profundas de esta crisis estructural**, sugiriendo que sin su esclarecimiento y combate, las medidas paliativas quedarán siempre a medio camino.
La situación, por ende, no es solo financiera o técnica, sino humana: millones de afiliados ven amenazada su atención en salud en un sistema cuya confianza parece erosionarse con cada día que pasa.
¿Encontrará la gestión estatal mecanismos eficaces para frenar este declive? ¿Logrará el sector salud recuperar su viabilidad sin antes descifrar el laberinto de corrupción que se cierne sobre el sistema? La ciudadanía espera respuestas claras y acciones contundentes, mientras el reloj sigue corriendo y la crisis, sin prisa pero sin pausa, continúa profundizándose.