📸 Imagen cortesía Gobernación de Antioquia
[¿Respuesta a la tempestad?]
Una nueva esperanza para enfrentar la furia de la naturaleza.
Este lunes 28 de julio de 2025, en Medellín, la Gobernación de Antioquia entregó a la Unidad de Operaciones Especiales en Emergencias y Desastres (Ponalsar) de la Policía Nacional una dotación vital para salvar vidas.
Desde hace años, las zonas vulnerables de Antioquia conviven con el peligro constante: deslizamientos, movimientos de masa y avenidas torrenciales. Estos fenómenos no solo alteran el paisaje sino que ponen en jaque la seguridad de miles de personas. Frente a esa realidad, la Secretaría de Seguridad, Justicia y Paz decidió fortalecer la capacidad de respuesta de Ponalsar, quienes llevan sobre sus hombros la misión de acudir con prontitud y eficacia a ese llamado urgente.
Con recursos del Fondo de Seguridad Territorial (Fonset), se entregaron camillas, arneses, torres de iluminación, megáfonos, guantes, machetes y más herramientas esenciales para aquellos 23 uniformados que arriesgan su integridad en condiciones extremas. El brigadier general (r) Luis Eduardo Martínez Guzmán resumió la apuesta: “Estos equipos permitirán actuar con mayor rapidez y seguridad en la atención de emergencias, salvaguardando vidas y bienes”.
No es un regalo simbólico ni un acto protocolario más. En lo que va de 2025, Ponalsar ha respondido a al menos diez emergencias significativas en Antioquia, desde el desgarrador deslizamiento en Bello hasta la tormenta que arrasó Altavista. La exigencia es alta, y la respuesta debe ser proporcional.
El mayor Andrés Escobar, al frente de Ponalsar, expresó la gratitud y la expectativa que abre esta dotación: “Nuestra reacción será más efectiva al llegar a una emergencia. Es una mejora sustancial para seguir protegiendo a los antioqueños”.
Sin embargo, queda la pregunta que no cesa: ¿serán estos nuevos recursos suficientes para contener la fuerza creciente de la naturaleza en un territorio que demanda cada vez más preparación? La respuesta no está solo en las herramientas, sino en la voluntad constante de quienes custodian la seguridad ante la incertidumbre.
Mientras tanto, en Antioquia, la esperanza y la prudencia caminan de la mano, bajo la sombra siempre presente de un desastre latente.