Foto: Vatican News
Este domingo, 17 de diciembre, el papa Francisco dio el rezo del Ángelus en la Plaza de San Pedro, como suele hacer el séptimo día de la semana. El sumo pontífice aprovechó esta oportunidad frente a cientos de devotos para hablar sobre la situación actual en Gaza y para pedir la paz en la región.
Lamentó, además, el ataque perpetrado el fin de semana por miembros del Ejército de Israel contra una iglesia cristiana en la Franja, que dejó dos víctimas mortales, una madre y su hija. Las dos mujeres asesinadas por el Ejército de Israel se encontraban protegidas en la parroquia de la Sagrada Familia de Gaza.
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“En el complejo parroquial de la Sagrada Familia”, según señaló el papa, “no hay terroristas, solo familias, niños, personas enfermas y con discapacidades y monjas. Una madre y su hija, la Sra. Nahida Khalil Anton y su hija Samar Kamal Anton, fueron asesinadas y otras personas heridas por francotiradores cuando iban al baño”.
Después de exponer la situación que, sin duda, presenta un fuerte golpe a la comunidad católica y cristiana alrededor del mundo, el sumo pontífice entregó unas declaraciones que podrían interpretarse como más fuertes. “Algunos dirán: ‘Esto es terrorismo. Esto es guerra’, y sí es la guerra, es el terrorismo”, concluyó antes de pedir que “roguemos por la paz”.
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Denuncias provenientes no solo del Vaticano, sino del Patriarcado Latino en Jerusalén, la circunscripción eclesiástica de la Iglesia católica en Tierra Santa y adscrita directamente al Vaticano. De acuerdo con esta entidad, otras siete personas resultaron heridas por los francotiradores en inmediaciones de la parroquia.
Esta misma organización religiosa denunció que un tanque de las Fuerzas de Defensa de Israel lanzaron un cohete hacia el convento de las Hermanas de Teresa de Calcula que sirven como misioneras de la caridad en Gaza. 54 personas con discapacidad se habrían visto desplazadas como consecuencia de este ataque.
