📸 Cortesía: Colprensa
Agresión y confrontación en el sur de Medellín: ¿un partido de fútbol o un escenario de enfrentamientos?

La noche del viernes 23 de mayo de 2025, las instalaciones del Politécnico Jaime Isaza Cadavid, en el sur de Medellín, dejaron de ser un espacio para un simple encuentro deportivo. Allí, el alcalde de la ciudad, Federico Gutiérrez, denunció haber sido víctima de una agresión por parte de un grupo de jóvenes encapuchados. Lo que debería haber sido una velada normal, acompañando a su hijo en un partido de fútbol, se tornó en una situación de hostigamiento y confrontación que mantiene en vilo a la opinión pública local.

Los hechos ocurrieron cuando Gutiérrez, reconocido en el lugar, fue increpado e insultado verbalmente, una situación que no solo le afectó a él, sino también a otros padres presentes. Videos compartidos en redes sociales documentan el momento: personas con el rostro cubierto se acercan a la cancha lanzando consignas como “fascista” y “terrorista”. Intentos por apaciguar la tensión solo empeoraron la situación, pues otros padres que intercedieron también recibieron insultos y agresiones verbales. En sus propias palabras, el alcalde relató: “Unas pocas personas que se tapaban la cara me empezaron a agredir, a atacar e insultar. Y cuando otros papás que estaban acompañando a sus niños les dijeron que nos dejaran tranquilos, que solo queríamos ver el partido de nuestros hijos, empezaron también a agredirlos y a gritarles e insultarlos a ellos”.

Este episodio, sin embargo, no parece un acto espontáneo. Gutiérrez sostuvo que mucho más que un encuentro casual, se trató de un acto planeado, con convocatorias previas a través de redes sociales, en las que habrían participado integrantes de la llamada ‘primera línea’. Frente a esto, el mandatario no dudó en señalar directamente al presidente Gustavo Petro como responsable del ambiente de polarización y confrontación que, a su juicio, propicia este tipo de hechos violentos. “Esto no es un hecho aislado. Es la consecuencia directa del discurso de odio que usted ha venido promoviendo, presidente”, afirmó, lanzando un llamado de atención sobre el impacto que las palabras y actitudes institucionales pueden tener en la convivencia social.

Mientras Medellín retoma la normalidad después de un viernes que desdibujó los límites entre deporte y conflicto, queda en el aire una pregunta inquietante: ¿qué mensaje reciben las nuevas generaciones cuando la violencia y la división se introducen incluso en escenarios tan cotidianos como un partido de fútbol infantil? La ciudadanía observa con atención, pendiente no solo de sanciones y esclarecimientos, sino de una reflexión profunda acerca de cómo se construye el respeto y la convivencia en tiempos donde la confrontación parece ganar terreno. ¿Podrá el diálogo y la serenidad desplazar al odio que amenaza con fracturar el tejido social?