Foto: Ministerio de Justicia y Derecho
Este viernes, 9 de febrero y Día del Periodista, el Estado colombiano reconoció su responsabilidad en el asesinato de Guillermo Cano Isaza, director de El Espectador, el 17 de diciembre de 1986. En una ceremonia en honor al periodista, el Estado admitió no haber garantizado de manera efectiva su seguridad.
Cano fue uno de los primeros y más fuertes denunciantes de las actividades ilegales de Pablo Escobar cuando este ocupaba un puesto en la Cámara de Representantes, lo que lo llevó a ser altamente perfilado por el Cartel de Medellín. Sería asesinado una noche mientras salía del periódico, y la investigación de su muerte fue uno de los mayores líos judiciales de la historia del país.
Esta ceremonia de memoria y perdón ofrecida por el Estado fue oficiada por el ministro de Justicia y Derecho, Néstor Osuna en el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación, en Bogotá. Allí, Osuna se refirió al magnicidio de la siguiente manera: “El Estado colombiano miró para otro lado; Indolente, acobardado, cómplice… una mezcla de todo lo anterior, probablemente, pero en cualquier caso inexcusable, inaceptable que eso haya ocurrido”.
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“Le fallamos a Guillermo Cano, a su familia, a El Espectador, a los periodistas, y como sociedad colombiana rompimos nuestro compromiso de civilidad, de convivencia y de respeto a los Derechos Humanos”, agregó el ministro.
Además, frente a los obstáculos que ha tenido que atravesar este proceso de investigación judicial, Osuna aseguró que “como representante del gobierno y del Estado, manifiesto el compromiso ineludible por reactivar esas investigaciones porque solo así encontraremos la verdad”.