📸 Imagen cortesía Alcaldía de Medellín
[RECUPERAR O ABANDONAR?]
Este septiembre de 2025, Medellín asoma un signo vital en su piel urbana: la malla vial. La alcaldía reporta movimientos y manos que, sin pausa, buscan reparar el tejido deteriorado de sus calles.
Desde comienzos de este año, más de 14.970 huecos han sido tapados; 30,69 kilómetros de vías principales, rehabilitadas. No se trata de simples parches, sino de una intervención profunda, planificada y millonaria: un contrato que supera los 189.000 millones de pesos, articulado desde la Secretaría de Infraestructura Física.
Quince cuadrillas laboran día y noche, atravesando barrios emblemáticos. Primero fueron Buenos Aires, Castilla y La Candelaria; ahora la mirada se posa sobre Laureles, El Poblado y Aures. “Medellín está mejorando y lo estamos demostrando con hechos concretos en la recuperación de la malla vial”, declaró Jaime Andrés Naranjo Medina, secretario de Infraestructura Física. Su voz encarna la urgencia y la esperanza de una ciudad que no quiere quedar atrapada en el abandono.
Las acciones van más allá del fresado. Se reinventa el asfalto con técnicas sofisticadas: repavimentación, rehabilitación estructural, conservación cuidadosa de andenes, bordillos y defensas que protegen a quienes caminan. Y como en toda búsqueda por la durabilidad, se exploran nuevas tecnologías, como la mezcla tibia, para adaptar la vía al territorio y a sus cambiantes condiciones climáticas.
¿Pero basta con estos trabajos visibles? ¿O son estos esfuerzos una respuesta tardía a años de descuido urbano que erosionaron la confianza de ciudadanos y conductores? Mientras las cuadrillas avanzan, el pulso de Medellín se pregunta si la infraestructura vial recuperada podrá sostener su ritmo, o si el vacío en la planificación persistirá más allá del asfalto renovado.
Esta crónica no solo relata cifras y fechas. Presenta a una ciudad en lucha contra su desgaste, a funcionarios que intentan revertir la inercia y a la comunidad que espera — y merece — que la movilidad no sea solo un proyecto, sino un derecho restablecido. ¿Es esta la señal de un cambio real o un parpadeo en la larga noche del abandono?
Por ahora, las calles hablan y los huecos se llenan. Medellín avanza, pero el camino para sanar su entramado vial apenas comienza.