📸 Cortesía: captura de pantalla
«`html¿QUIÉN PAGÓ CON 20 MILLONES?
Una suma millonaria y un menor de edad.
Este lunes 10 de junio de 2025, en Bogotá, un adolescente de apenas 14 años quedó bajo custodia policial, señalado como el presunto autor material del atentado que dejó al senador y precandidato presidencial del Centro Democrático, Miguel Uribe Turbay, gravemente herido en la tarde del sábado 7 de junio en el barrio Modelia, occidente de la ciudad.
Según la Fiscalía General de la Nación, al joven se le habría ofrecido la impresionante cantidad de 20 millones de pesos colombianos por ejecutar el ataque. El menor habría recibido la promesa del pago una vez consumado el crimen, en un caso que aún busca dilucidar quiénes están detrás de esta oscura contratación.
La revelación de esta suma salió a la luz durante la audiencia de imputación de cargos en el Sistema de Responsabilidad Penal para Adolescentes. Mientras tanto, las autoridades profundizan en la investigación para esclarecer si la entrega del dinero se planteó por giro bancario o en efectivo y, sobre todo, para identificar a los autores intelectuales que orquestaron el atentado.
El menor no aceptó las imputaciones de tentativa de homicidio agravado y porte ilegal de armas, aunque especialistas en derecho penal señalan que podría estar buscando beneficios procesales a cambio de colaborar. Con antecedentes judiciales por homicidio y hurto, permanece bajo un riguroso esquema de seguridad en instalaciones de la Fiscalía, enfrentando una pena máxima de ocho años en un centro especializado si es hallado culpable.
Por otro lado, la Fiscalía estableció que el disparo que hirió de gravedad a Uribe Turbay se aprovechó del tumulto generado durante una reunión política multitudinaria. El arma utilizada, una pistola Glock calibre 9 mm, fue adquirida legalmente en Mesa, Arizona, el 6 de agosto de 2024, lo que agrega una capa más de complejidad a la investigación sobre el origen y la cadena de compra del arma.
Así, con un político en estado crítico y un menor envuelto en las sombras de un pago millonario por un crimen, la justicia colombiana se enfrenta a un enigma que va más allá de un simple atentado: es un episodio que revela las vulnerabilidades de nuestra sociedad y la urgente necesidad de esclarecer responsabilidades. ¿Podrá la verdad emerger sin dilaciones ni cortinas de humo?
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