📸 Cortesía: Dumitru Stoica en Pixabay
### Un cielo que canta a la Tierra: las Dracónidas iluminan octubre
Este miércoles 8 de octubre de 2025, una expectación silenciosa envuelve a Colombia y al resto del mundo. Científicos, aficionados y observadores del cielo aguardan el desfile celestial de las Dracónidas, una lluvia de meteoros que promete una de sus funciones más espectaculares en décadas. Según la International Meteor Organization y especialistas internacionales, hasta 400 meteoros podrían atravesar la noche tras la medianoche local, un fenómeno que queda grabado en la memoria de quienes se asoman al firmamento.
Las Dracónidas no son una sorpresa cualquiera; llevan consigo la historia del cometa 21P/Giacobini-Zinner. Cada año, cuando nuestro planeta cruza la estela que este cometa deja, los fragmentos que se desprenden al espacio se adentran en la atmósfera terrestre, oxidándose en destellos brillantes que llaman “estrellas fugaces”. Este fenómeno tiene su pico entre el 6 y el 10 de octubre, siendo la noche del 8 y madrugada del 9 la más prometedora para quienes tengan la paciencia de mirar al firmamento desde las 7:00 p.m. hasta las 3:00 a.m. hora local en Colombia.
No es un espectáculo reservado para unos pocos. La NASA, la International Meteor Organization, observatorios nacionales y academias, junto con grupos astronómicos y estudiantes, se suman a la vigilia. Sin embargo, no todo el mundo disfrutará de igual manera. La claridad del cielo y la ausencia de luces urbanas serán el precio para alcanzar la belleza sin turbidez. Desde Colombia, expertos aconsejan alejarse de la contaminación luminosa citadina, buscar espacios abiertos y dirigir la mirada hacia zonas oscuras opuestas a la luz lunar, para no perder ni un destello.
¿Cómo se gesta este ballet cósmico? Cada vez que el cometa Giacobini-Zinner se acerca al Sol, deja tras de sí un camino polvoriento de escombros y polvo cósmico que, año tras año, la Tierra vuelve a atravesar durante octubre. Estos fragmentos se enfrentan a la atmósfera terrestre a velocidades cercanas a los 20 kilómetros por segundo, desintegrándose y transformándose en esas fugaces chispas que encienden la noche. Un rito celestial que despierta tanto admiración como reflexión sobre la conexión del ser humano con un universo en movimiento.
¿Podrán los colombianos y el mundo alzar la vista para perderse en este antiguo ritual de luz? En un planeta cada vez más dominado por las sombras urbanas, las Dracónidas invitan a redescubrir la vastedad del cielo y la belleza frágil de un instante que, aunque fugaz, habla de la permanencia del cosmos y nuestra pequeña, pero intensa, presencia en él. ¿Será esta lluvia de meteoros un recordatorio para mirar más allá, hacia las alturas donde la historia del universo se despliega?
La noche está por contar su historia; depende de nosotros escucharla.
