📸 Cortesía: D.R.A
¿Explosión fortuita o amenaza velada?
Un estallido rompió la rutina vespertina cerca de una de las estaciones más concurridas de Nueva Delhi, Red Fort. Este lunes 10 de noviembre, en plena tarde local (mañana en Colombia), una violenta explosión en un vehículo estacionado desencadenó un fuego voraz que arrasó varios automóviles próximos, cobrando la vida de al menos ocho personas y dejando 24 heridas.
El reloj marcaba las 6:52 p.m. cuando el Departamento de Bomberos de Delhi recibió el llamado de emergencia. Testigos captaron el momento en que un automóvil, circulando con lentitud ante un semáforo, fue consumido por una explosión de alta intensidad. Siete cuerpos de bomberos desplegaron su acción para contener el incendio, consiguiendo controlar las llamas en apenas 37 minutos. Sin embargo, el daño ya estaba hecho: un cuadro de destrucción se extendía sobre la avenida, cerca del metro Red Fort, uno de los puntos neurálgicos y turísticos de la capital india.
El perímetro fue clausurado con prontitud por la policía y las autoridades de seguridad, quienes iniciaron la investigación para esclarecer las causas. La incertidumbre persiste, mientras voceros oficiales descartan vínculos inmediatos con ataques terroristas, aunque mantienen abierta la hipótesis para no apresurar conclusiones. El foco apunta ahora a un posible accidente relacionado con un cilindro de gas CNG instalado en el vehículo, aunque esta línea aún no ha sido confirmada más allá de la especulación inicial.
Este incidente se suma a las preocupaciones en una ciudad donde la densidad urbana y la presencia constante de vehículos con combustibles variados demandan vigilancia estricta. ¿Cómo evitar que una fuga o manejo defectuoso derive en tragedia? ¿Podrán las autoridades identificar y corregir las fallas antes de que se repita una catástrofe semejante?
Mientras la investigación prosigue, la escena arde en la memoria colectiva: un incendio inesperado que dejó un saldo oscuro en un lugar habitual de paso, donde la cotidianeidad se vio brutalmente interrumpida y la pregunta sobre la seguridad en espacios públicos sigue abierta. ¿Será esta advertencia atendida a tiempo, o la capital continuará viviendo al filo de un inesperado estallido?
