📸 Imagen cortesía Metro de Medellín
[FERIA SOBRE RUEDAS Y VÍAS]
El pulso de Medellín se alarga tras la medianoche.
Medellín, viernes 1 de agosto de 2025. En la ciudad que celebra con fervor la Feria de las Flores, el Metro se transforma en aliado incansable: amplía su horario para abrazar las calles y sus emociones hasta las 12:00 de la noche.
Durante diez días, del 1 al 10 de agosto, cientos de miles de flores, colores y voces convergen en desfiles, conciertos y el emblemático Desfile de Silleteros que, como cada año, hace vibrar a locales y turistas por igual. Para que la movilidad no se trunque en esta fiesta, el Sistema Metro de Medellín ha dispuesto ajustes excepcionales en su operación, buscando que nadie pierda el rumbo ni el regreso.
Las líneas A y B extienden su servicio más allá de lo habitual los días viernes 1 y sábado 2; los últimos trenes partirán de Niquía y La Estrella a las 11:40 p.m., garantizando un retorno seguro tras la algarabía nocturna. Además, el Metrocable Arví, tradicionalmente clausurado por mantenimiento en estas fechas, abrirá sus puertas el martes 5 de agosto de 9 a.m. a 6 p.m., conectando a los visitantes con el corregimiento de Santa Elena, epicentro de actividades clave.
No solo la prisa sin pausa tiene lugar: el sábado 2 se vivirá la “Feria a Ritmo de Bicicleta”, en la que las bicicletas tendrán horario especial para ingresar a la red entre las 9 a.m. y las 12 m., abriendo paso a una movilidad sostenible en pleno festival.
Estas medidas no son solo ajustes técnicos, sino respuestas cuidadosas a la efervescencia de una ciudad que florece en movimiento. El Metro, consciente de su papel como columna vertebral de la movilidad urbana, procura que el entusiasmo colectivo no se trabe en la red, que la feria no solo se vea sino que también se pueda vivir y recorrer, sin ataduras ni sombras.
¿Serán suficientes estas estrategias para que la Fiesta de las Flores mantenga su brillo sin contratiempos? La ciudad avanza con pasos firmes y ruedas girando, pero siempre queda la pregunta sobre cómo equilibrar tradición, crecimiento y movilidad en un Medellín que florece sin descanso.