Salud en jaque: 16 000 tutelas reflejan una crisis humanaUna herida abierta en el sistema que sigue sangrando
Medellín, jueves 12 de junio de 2025. En el corazón de esta ciudad, la mesa de trabajo de la red hospitalaria destapó una verdad inquietante: 16 000 tutelas presentadas ante la Personería local en apenas un año, un reclamo contundente que habla de un sistema de salud al borde del colapso. Más impactante aún es que el 80 por ciento de estos casos denuncian fallas en el sistema mismo, donde la voz de los afectados choca contra la indiferencia y la impunidad.
Este fenómeno no es un mal local sino nacional. En Colombia, una cifra que hiere la esperanza: más de 25 millones de colombianos afiliados a EPS intervenidas o en proceso de liquidación, revela un sistema en grave estado de agotamiento e inequidad. La Fundación Retorno Vital denuncia retrasos inaceptables: demoras de hasta 92 días para consultas con especialistas y 135 días para la entrega de medicamentos. El 2024 dejó un saldo desolador donde los pacientes recibieron menos de la mitad de sus tratamientos, 4,7 meses en promedio, sumiendo a los enfermos crónicos en un limbo de incertidumbre y sufrimiento.
La raíz de esta crisis también se encuentra en la financiación: la Asociación Colombiana de Hospitales y Clínicas informó que a finales del año pasado la deuda vencida del sector salud ascendió a más de 20,3 billones de pesos. Esta cuarentena financiera ha provocado el cierre de 955 IPS y 4 490 servicios en un solo año, sacrificando áreas esenciales como obstetricia, pediatría y salud mental, servicios que para muchos son la última línea de defensa contra el dolor y la desesperanza.
La realidad en Medellín es un espejo doloroso: la deficiencia no se queda en burocracias o cifras, golpea a cada paciente que busca respuestas y atención, que debe tomar la tutela como único recurso de justicia. La ausencia de acciones firmes y reflexivas del Gobierno Nacional alimenta la prolongación de este vacío de garantías y derechos.
Ante estos hechos, surge una pregunta crucial: ¿cómo avanzar cuando el sistema que debería proteger a sus ciudadanos se muestra incapaz y desfinanciado? La ciudadanía espera no solo respuestas, sino cambios palpables que transformen el reclamo en acción y el sufrimiento en esperanza.
