📸 Imagen cortesía Alcaldía de Medellín
Parques para el pago cumplido
Medellín, noviembre de 2025. Entre el bullicio urbano y el ritmo vertiginoso de la ciudad, una alianza inesperada abre sus puertas a quienes mantienen al día su compromiso fiscal. Desde el 11 hasta el 14 y del 19 al 21 de este mes, las familias que han cumplido con el pago del impuesto predial tienen una llave especial: un brazalete ilimitado para acceder al Parque Norte y al Aeroparque Juan Pablo II por solo $10.000 por persona.
Esta oportunidad, gestada entre la Secretaría de Hacienda de Medellín y Metroparques, no es solo un descuento. Es un reconocimiento a la paciencia y disciplina de aquellos que creen en su ciudad al cumplir con su deber tributario, y al mismo tiempo, una invitación a recrearse y fortalecer los lazos comunitarios.
El beneficio está destinado a los hogares de todas las comunas y corregimientos de Medellín, hasta un máximo de siete integrantes por familia. La taquilla se convierte en el punto de encuentro y comprobante: presentar el recibo vigente del impuesto predial, bien sea el pago anual o el tercer trimestre de 2025, es la llave que abre la puerta a varias horas de esparcimiento y felicidad.
Liliana Eugenia Zapata Jaramillo, subsecretaria de Ingresos de la Secretaría de Hacienda, lo resume con sencillez: “Este beneficio es una forma de agradecer y reconocer ese esfuerzo de miles de familias que, pagando su predial, creen en su ciudad y hacen que sigan pasando cosas buenas.” En esa misma línea, Milton Vasco, gerente de Metroparques, apunta a un compromiso que trasciende el pago: “Queremos que la gente sienta que su compromiso ciudadano se transforma directamente en momentos inolvidables y felicidad familiar en nuestros parques.”
Pero el escenario no es solo un parque; es una apuesta por un espacio seguro, accesible y sostenible, un refugio para quienes en medio del viento y el cemento desean un respiro. La Alcaldía de Medellín lo sabe bien: el pago puntual del impuesto predial no se queda en cifras y balances. Es la base sobre la cual se construyen incentivos que acercan a la gente, que invitan a una ciudad más viva y en movimiento.
Así, entre brazaletes y sonrisas, entre el deber cumplido y el derecho a la alegría, Medellín escribe una historia donde el sueldo del contribuyente se convierte en un préstamo de tiempo y tranquilidad, y donde la responsabilidad se premia en verde y espacio abierto. ¿Será este el comienzo de un nuevo pacto entre ciudad y ciudadano, donde el cumplimiento fiscal sea el boleto para mejores días? Solo el tiempo, y quizás un paseo en el Parque Norte, lo dirán.
