En un Consejo de la FIFA que se realizó este jueves 16 de marzo en Kigali, Ruanda, se realizó la oficialización de las elecciones para este cargo. Infantino, dado a su popularidad y buenos manejos económicos en la entidad, no presentó adversario y se reforzó en el puesto.
El dirigente lleva en el cargo desde 2016 y, aunque divide opiniones, ha mantenido su palabra frente al mensaje que dio cuando asumió la presidencia: comenzó una nueva era en la FIFA. Lo ha cumplido, pues ha planeado e implementado cambios dentro del ejercicio y la organización futbolística.
Lideró la realización del mundial de fútbol de Qatar el año pasado, logrando que este país generara un desarrollo urbano que permitiera la construcción de estadios de fútbol desde cero, líneas de metro, carreteras y el tránsito entre los recintos deportivos para los aficionados.
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Esto, así como bien logrado, fue controvertido. Fueron muchas las denuncias sobre la falta de garantías y de derechos humanos durante la construcción de estas instalaciones, pues habrían utilizado mano de obra migrante y pobre. Las muertes oscilan entre cifras imprecisas, pero desde Qatar se confirmaron entre 400 y 500 muertes de este tipo. Opositores dicen que la FIFA guardó silencio frente a esto.
Otra de las polémicas del mandatario fue la relacionada con querer hacer mundiales cada dos años. En esta ocasión, fueron los mismos jugadores quienes se opusieron a esta idea, afirmando que se ve al futbolista como una máquina que no se cansa, pero que sí produce, ya que entre más veces se juegue al año, más dinero se genera.
La confirmación más reciente es la del cambio de formato para la próxima edición del mundial que se realizará en 2026 en Estados Unidos, Canadá y México. Esta competición contará con 48 selecciones nacionales y no con 32, como se venía realizando desde Francia en 1998.
