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[¿Paz o polémica en Nueva York?]
Este martes 23 de septiembre de 2025, la 80ÂŞ Asamblea General de la ONU en Nueva York se convirtiĂł en un escenario de discordia polĂtica y diplomática, donde la voz del presidente Gustavo Petro despertĂł una oleada de crĂticas, especialmente del gobernador de Antioquia, AndrĂ©s Julián RendĂłn.
Durante su intervenciĂłn, Petro centrĂł su discurso en la paz, la justicia climática y un cambio urgente en las polĂticas antidrogas globales. Con palabras cargadas de significado, llamĂł a un diálogo entre los pueblos y advirtiĂł que la guerra es “una trampa que acerca el fin de los tiempos en la gran orgĂa de la irracionalidad”. DenunciĂł tambiĂ©n la violencia en Gaza y la necesidad de reformar el sistema financiero internacional para evitar la desigualdad estructural que alimenta conflictos y crisis ambientales.
Pero no todos recibieron estas palabras con acuerdo. Desde MedellĂn, RendĂłn no tardĂł en responder con firmeza a travĂ©s de sus redes sociales. Para Ă©l, Petro dejaba de ser el representante de Colombia para convertirse en una especie de “embajador y vocero de la narcodictadura de su aliado Maduro”, criticando además la estrategia gubernamental de “paz total” como “fallida y criminal”. EnfatizĂł que, en materia local y nacional, la violencia, el narcotráfico y la inseguridad han aumentado bajo la administraciĂłn actual, y advirtiĂł que “le quedan pocos meses” al gobierno.
Estas afirmaciones no surgen en el vacĂo. Se inscriben en una coyuntura marcada por una creciente polarizaciĂłn polĂtica y social en Colombia. La gestiĂłn de Petro ha generado tanto esperanza como rechazo, y su discurso ante la ONU, lejos de ser un mero acto diplomático, expuso las tensiones que hoy atraviesan al paĂs.
La controversia escaló cuando la delegación de Estados Unidos decidió abandonar la sala durante el discurso presidencial, gesto que subraya las divisiones internacionales frente a las posiciones asumidas por Colombia en foros globales. Este episodio no solo refleja los desacuerdos ideológicos, sino también un juego de poder diplomático que pone en evidencia el delicado equilibrio entre las alianzas tradicionales y las nuevas estrategias multilaterales.
ÂżEs posible que el mensaje de Petro impulse un cambio real, o quedará atrapado en los enfrentamientos polĂticos que erosionan la confianza ciudadana? Mientras la 80ÂŞ Asamblea General en Nueva York entrega un panorama convulso, Colombia se debate entre voces que llaman a la paz y otras que denuncian inseguridades crecientes, evidenciando la compleja realidad detrás de un discurso que busca más que palabras: una transformaciĂłn profunda.