📸 Imagen cortesía
¿Una tragedia en el río Magdalena?
El lunes 1 de septiembre de 2025, la Armada Nacional confirmó lo que nadie quería escuchar: el cuerpo sin vida de Julián Fernando Condia Bello, un joven grumete de apenas 18 años, fue hallado en las aguas del río Magdalena. Su desaparición, ocurrida tan solo un día antes, sacudió a Barranquilla y al país entero.
El domingo 31 de agosto, durante las maniobras de alistamiento del buque escuela ARC Gloria en las inmediaciones del Gran Malecón de Barranquilla, Condia Bello cayó al río. La operación, parte de los preparativos para el ingreso del emblemático velero al canal de acceso del puerto local, contaba con el aval de la Gobernación del Atlántico y la Alcaldía. El joven, quien se había formado en la Escuela Naval de Suboficiales y en la base naval de Cartagena, participaba activamente en esta rutina que debería haber sido solo un paso más en su formación naval.
La reacción fue inmediata. La Armada desplegó una búsqueda exhaustiva que involucró a más de 800 hombres, unidades de superficie, guardacostas, apoyo aéreo con helicópteros y aviones, además de un equipo terrestre que recorrió la ribera del Tajamar y la zona de Isla Salamanca. Sin embargo, fue solo en las primeras horas del lunes que se pudo recuperar el cuerpo del marino, en un sector cercano al departamento del Magdalena.
Este episodio ha dejado una sombra de tristeza en la Armada. La Institución Naval manifestó públicamente su pesar y extendió condolencias a la familia, los compañeros y amigos de Condia Bello, resaltando “su vocación, entrega y espíritu de servicio”. Pero la pregunta que queda flotando en el aire es inevitable: ¿qué falló en este operativo que costó la vida de un joven que solo buscaba servir? ¿Podrán las autoridades esclarecer plenamente las circunstancias para evitar que tragedias como esta vuelvan a ocurrir?
Mientras tanto, la ciudad y el país acompañan en silencio el duelo que deja esta pérdida irreparable, con la esperanza de que la memoria de Julián Fernando Condia Bello inspire un compromiso renovado con la seguridad y la vida en las aguas del Magdalena.