📸 Cortesía: captura de pantalla X @alfredosaadev
¿HISTORIA FAMILIAR QUE PESA?
Un antecedente que perturba.
Este lunes, la recién nombrada designación de Alfredo Saade Vergel como nuevo jefe de gabinete del presidente Gustavo Petro revive una sombra del pasado: su hermano, William Saade Vergel, fue condenado en 2010 a 16 años de prisión por un escándalo de corrupción en la Gobernación del Cesar.
La sentencia, dictada por la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia de Colombia, revela que William Saade participó activamente en el manejo irregular de finanzas públicas durante la gestión de Lucas Gnecco Cerchar como gobernador entre 1998 y 2000.
Específicamente, Saade Vergel, entonces secretario de Hacienda, firmó 11 decretos que facilitaron 101 contratos en el sector educativo. Estos contratos no solo incumplían requisitos legales sino que cargaban multimillonarios sobrecostos que permitieron desviar más de 9.000 millones de pesos para financiar campañas políticas, incluida la propia postulación de Lucas Gnecco a la gobernación en el 2000.
El caso no estuvo exento de pruebas materiales contundentes. Al momento de la detención de William Saade, la Fiscalía encontró 170 millones de pesos en efectivo en su residencia, lo que fortaleció las acusaciones. Tanto el exsecretario de Hacienda como el exgobernador Gnecco fueron condenados por corrupción en este proceso.
Este historial familiar ha encendido la polémica ahora que Alfredo Saade Vergel ha hecho pública su hoja de vida para asumir un rol central en la administración de Gustavo Petro. Quienes conocen su trayectoria recuerdan que antes de este nombramiento se destacó por un discurso férreo contra la corrupción y el clientelismo en la esfera pública, un contraste marcado con la sombra que pesa sobre su familia.
¿Podrá el nuevo jefe de gabinete superar el peso de un apellido manchado y contribuir a una gestión transparente? La ciudadanía observa con atención, consciente de que la historia política suele ser un campo de paradojas y contradicciones.