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¿Abuso detrás de un suero?
Este lunes 29 de septiembre de 2025, el Hospital La María, en el noroccidente de Medellín, quedó envuelto en una sombra inquietante: un camillero fue retirado de manera inmediata tras ser señalado por una joven paciente de 26 años por presunto abuso sexual.
La mujer había ingresado al centro asistencial el domingo 28, víctima de intoxicación etílica, y mientras recibía cuidados bajo observación médica, denunció que el camillero accedió reiteradamente a su cubículo sin motivo aparente. Un retén de sospechas creció cuando la paciente comenzó a sentirse inusualmente debilitada, temiendo que suero intravenoso hubiera sido manipulado para sedarla. En su estado vulnerable, relató que el hombre realizó tocamientos indebidos y la condujo en camilla hacia un baño del hospital, lugar donde habría consumado el abuso. “Me llevó hacia el baño y en el baño abusó de mí”, declaró con voz quebrada a TeleMedellín.
Tras recobrar la conciencia, la víctima transmitió su experiencia a una médica del centro, lo que desató una cadena de acciones: la familia formalizó la denuncia y se activó el Código Fucsia, protocolo que articula la atención multidisciplinaria a víctimas de violencia sexual. Sin embargo, la Veeduría Ciudadana Amiga expresó su preocupación por la falta de un reporte oficial inmediato del hospital al momento de la denuncia, y desde allí ha brindado asesoría jurídica a la denunciante.
Frente a este espinoso episodio, la administración del Hospital La María emitió un comunicado oficial donde confirmó que el colaborador fue apartado de sus funciones y que se activaron sin demora todos los protocolos médicos, legales, psicológicos y sociales para amparar a la paciente. Mientras la Fiscalía General de la Nación toma las riendas de la investigación, la comunidad se enfrenta a preguntas que erosionan la confianza: ¿cómo pudo permitirse tal vulneración en un espacio que debería proteger? ¿Qué garantías hay para quienes entregan su vulnerabilidad en los hospitales?
El caso desnuda un vacío inquietante en la atención y vigilancia institucional, recordándonos que la protección a las víctimas es tan urgente como diligente. La justicia y la verdad aún están pendientes, y la ciudadanía espera que este episodio no se convierta en una sombra más dentro de los pasillos de la salud. ¿Podrá la luz de la justicia disipar esta oscuridad?
Comunicado Hospital La María