📸 Imagen cortesía Instagram @maclaudiat
¿Adiós abrupto en el ocaso de una esperanza?
Este miércoles 13 de agosto de 2025, Bogotá se viste de luto en medio de un silencio desgarrador. Se celebran las exequias del senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, cuya luz se apagó tras un brutal atentado sicarial que conmocionó a una nación entera.
Miguel Uribe Turbay, joven de 39 años y figura emergente en la política colombiana, no resistió más de dos meses internado en la Fundación Santa Fe, luego de aquel 7 de junio, día en que un disparo segó su destino durante un mitin en el barrio Modelia. La tragedia, perpetrada por un menor de edad mientras el senador se dirigía a sus simpatizantes, desató una ola de incertidumbre y recrudeció el debate sobre la seguridad pública en la capital.
Hoy, en el solemne Salón Elíptico del Congreso, el ataúd oscuro resume el vacío dejado por Uribe Turbay. Amigos, familiares y ciudadanos recorren la cámara ardiente, buscando en el adiós el consuelo escaso que brinda la despedida. María Claudia Tarazona, su esposa, con un Alejandro de apenas cuatro años en brazos, se acerca al féretro. En un instante cargado de humanidad, el niño se funde en un abrazo con su abuelo, Miguel Uribe Londoño, y juntos depositan una flor que parece pesar más que su fragilidad.
La familia, rota y frágil, enfrenta ahora un duelo marcado por la ausencia del padre y esposo tantas veces soñados, especialmente para sus hijos: Alejandro y las tres hijas de María Claudia, a quienes el senador amaba como propias. “Hoy llevo a mis hijas amadas y a mi niño preciado a enterrar a su papá”, confiesa la viuda con una voz que apenas sostiene el peso del desgarro. La nación observa con un silencio cargado de preguntas: ¿cómo reconciliar la esperanza política con un acto tan brutal? ¿cómo cicatrizar las heridas de una violencia que no da tregua?
Mientras la cámara ardiente se apaga, permanece el eco inquietante de un país que agoniza entre sombras y esperanzas. ¿Podrá la justicia esclarecer el atentado? ¿Renacerá la política sin este dolor clavado en el alma colectiva? Por ahora, sólo queda el adiós, ese frío definitivo que enfrenta una familia y una nación que aún buscan respuestas.
Instagram María Claudia Tarazona