El Área Metropolitana del Valle de Aburrá ha revelado una evaluación alarmante de siete incidentes de incendios forestales ocurridos en la región entre febrero y agosto de este año. La investigación se llevó a cabo mediante la aplicación del protocolo de evaluación de impacto ambiental, que aborda los incendios que afectan tanto a la cobertura vegetal como a la interfaz urbano forestal, facilitando la toma de decisiones en áreas afectadas por estos desastres naturales.
Como autoridad ambiental, el Área Metropolitana, hace un llamado urgente a la ciudadanía para que informe de manera oportuna cualquier incendio de cobertura vegetal que pueda surgir durante la temporada seca.
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Uno de los incendios más devastadores tuvo lugar entre el 3 y el 7 de agosto, consumiendo 34.5 hectáreas de bosque nativo en el sector de El Seminario y la vereda El Plan del Corregimiento de Santa Elena. Este se convirtió en el segundo incendio forestal más grande registrado en lo que va del año 2023.
La evaluación reveló que estos incendios tuvieron un impacto significativo en las coberturas vegetales protectoras de las laderas y las plantaciones, dejando el suelo expuesto a procesos erosivos. Además, afectaron gravemente a la fauna silvestre, incluyendo aves, mamíferos, reptiles y otras especies que no pudieron escapar del fuego. Las altas temperaturas también alteraron la estructura del suelo y redujeron los volúmenes de agua que ingresan al acuífero, afectando a especies de flora protegidas por la legislación colombiana.
El fuego también interrumpió la conectividad de la fauna silvestre que se mueve entre Medellín y el corredor biológico del Corregimiento de Santa Elena y el altiplano del oriente antioqueño.
Además, se determinó que el 98% de estos eventos ocurren en las laderas del Valle de Aburrá, y el 95% de las conflagraciones son resultado de acciones intencionales.
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El informe también destaca la importancia de ciertas especies que pueden servir como barreras naturales contra los incendios y la necesidad de preservar la fauna del suelo, que desempeña un papel clave en la recuperación de las áreas afectadas.
Para prevenir futuros incendios durante la temporada seca, se recomienda llevar a cabo campañas preventivas en los barrios periféricos de los cerros, capacitar a las comunidades en estrategias de prevención y evitar prácticas riesgosas como quemas y fogatas cerca de la cobertura vegetal.
