📸 Imagen cortesía Fiscalía
¿Herencia mortal en Envigado?
Un silencio ensordecedor quedó en Envigado la tarde del 28 de marzo de 2025, cuando la periodista y profesora María Victoria Correa Ramírez y su hermana Nohelia fueron abatidas a sangre fría en plena panadería. Este lunes 22 de octubre, un joven de 17 años fue capturado en una finca del corregimiento Llanogrande, Rionegro, señalado como el presunto instigador de aquel doble homicidio que conmocionó a Antioquia.
El juez de responsabilidad penal para adolescentes aceptó la medida de internamiento preventivo contra Miguel —nombre que la Fiscalía General de la Nación difundió— tras un operativo conjunto entre el CTI y la Policía Nacional que culminó en su detención. La Fiscalía sostiene que Miguel habría contratado a los sicarios mediante un intermediario, en un entramado complejo que gira en torno a una disputa por la herencia de bienes valorizados en cerca de 3.000 millones de pesos, situados en el sur del Valle de Aburrá.
Lo que parecía un episodio más de violencia se tornó en un caso que desnuda tensiones familiares y el peso de la codicia. Los autores materiales, apodados “Gafas”, “Cali” y “El Mello”, ya se encuentran tras las rejas, condenados a 17 años y 6 meses luego de aceptar cargos en un preacuerdo judicial, y se supo que por sus servicios habrían recibido más de 100 millones de pesos.
Detrás de la captura del menor se encuentra la implacable labor investigativa del CTI y la Policía, que consolidaron sus hallazgos con confesiones, documentos manuscritos incautados en la finca, y 24 proyectiles de diferentes calibres. Las cámaras de seguridad captaron un detalle revelador: Miguel estaba sentado en la mesa con las víctimas y nunca fue blanco de los disparos, lo que llevó a que la sospecha se centrara en su papel como presunto determinador del crimen.
Mientras las autoridades avanzan en esclarecer los móviles y responsabilidades, queda en el aire la pregunta más inquietante: ¿qué urgencias o heridas profundas pueden llevar a un joven a comandar una venganza mortal en el corazón de su propia tierra? La justicia ahora tiene la palabra, pero en Envigado, el vacío de dos voces que buscaban contar la verdad se siente más presente que nunca.


