📸 Cortesía: Global Sumud Flotilla
¿Voces silenciadas en alta mar?
Este lunes 6 de octubre de 2025, el gobierno de Israel confirmó la deportación de 171 activistas internacionales, entre ellos la ambientalista sueca Greta Thunberg, tras la interceptación marítima de la flotilla Global Sumud en ruta hacia la Franja de Gaza.
La marina israelí detuvo la flotilla, que desde septiembre zarpó de Barcelona con 45 embarcaciones y cientos de activistas de más de 45 países, incluyendo Grecia, Italia, Francia, Estados Unidos y varias naciones latinoamericanas. Su objetivo era claro: romper el bloqueo israelí que asedia Gaza y llevar ayuda humanitaria a una región que, tras dos años de conflicto, enfrenta una hambruna declarada por la ONU.
Tras ser retenidos temporalmente en Israel, 171 activistas fueron deportados hacia Grecia y Eslovaquia, mientras otros 138 permanecen bajo custodia. La intercepción comenzó el miércoles anterior, con más de 400 detenidos en total. Denuncias de violencia entre algunos deportados a Turquía plantean serias inquietudes, aunque la cancillería israelí insiste en que se respetaron los derechos legales de todos los retenidos.
Este episodio, enmarcado en un conflicto largamente enconado entre Israel y Hamas, refleja una tensión que trasciende las fronteras físicas. La flotilla no solo pretendía entregar ayuda, sino también convocar un alto al fuego urgente. Sin embargo, la respuesta israelí parece subrayar el vacío en el camino hacia una solución humanitaria y política.
¿Cómo avanzar hacia la paz cuando las voces que claman por alivio son silenciadas en alta mar? Mientras cientos esperan una respuesta, la región permanece en espera. ¿Qué horizonte puede ofrecer luz en tanta penumbra?