Foto: Primer Ministro de Israel (@IsraeliPM)
Este viernes, 17 de noviembre, Israel aceptó, por primera vez desde el ataque de Hamás el 7 de octubre, el ingreso de combustible a la Franja de Gaza a través de Egipto por el cruce de Rafah. La autorización se dio por medio de una solicitud hecha por el Gobierno de Estados Unidos y de la Organización de los Estados Unidos.
La oficina del Primer Ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, confirmó esta aprobación. El Gabinete de Guerra de este país autorizó “proporcionar dos camiones cisterna al día para el sistema de alcantarillado de la Franja de Gaza”.
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De acuerdo con la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos, se necesitan unos 200 000 litros de combustible al día para “hacer funcionar los generadores de los hospitales, las ambulancias, las plantas desalinizadoras, las depuradoras y las telecomunicaciones”, pero aseguran que hasta este jueves no habían recibido más del 9 % necesario.
La decisión de Israel de permitir el ingreso de este insumo tan necesario también se vio ligada a un interés propio: el de prevenir una epidemia. En el comunicado del primer ministro se indica que la propagación de enfermedades por causa del consumo de agua contaminada podría dañar a los civiles de Gaza y a los soldados israelíes. Aseguraron, además, que “si hay una epidemia, se detendrán los combates”.
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El ministro de Seguridad Nacional, de ultraderecha y ‘antiárabe’, Itamar Ben-Gvir, criticó la decisión del Gabinete de Guerra de permitir estas entradas de combustible. Para él, esto es “un dedo en el ojo para los soldados de las FDI, las familias afligidas y las familias de los desaparecidos y secuestrados”.
Agencias de noticias de Medio Oriente afirmaron que ya ingresó el primer camión de suministro de combustible con destino a la Franja de Gaza tras esta habilitación, y se espera que el suministro de ayudas humanitarias pueda volver a su normalidad, pues la UNRWA aseguró no poder llevar a cabo estas actividades sin combustible.