📸 Imagen cortesía Ministerio del Interior
La juventud al mando: Juliana Guerrero, la nueva viceministra con apenas 23 años
Este jueves 14 de agosto, en medio de la vorágine política que sacude al país, se confirmó el nombre de Juliana Guerrero como nueva viceministra de Juventudes en el Ministerio de la Igualdad y Equidad de Colombia. La revelación, respaldada por fuentes oficiales y la publicación de su hoja de vida en el portal de la Presidencia, marca un giro generacional en una de las carteras sociales más sensibles.
Guerrero, una joven de 23 años oriunda de Codazzi, Cesar, asume el puesto que dejó vacante Pablo Zabala, con el reto de liderar el programa Jóvenes en Paz, una iniciativa del gobierno para alejar a la juventud de las economías ilegales. Desde febrero de 2025 venía desempeñándose como secretaria ejecutiva y coordinadora del gabinete en el Ministerio del Interior bajo la dirección de Armando Benedetti, donde su gestión se destacó por eficacia y cercanía con el Ejecutivo —especialmente con el presidente Gustavo Petro, con quien mantiene vínculos cercanos—.
Sin embargo, su nombramiento no llega sin controversias. Guerrero no cuenta con título universitario, solo un técnico en Contabilización de Operaciones Comerciales del Sena y un tecnólogo en Gestión Contable y Tributaria, lo que para algunos cuestiona la idoneidad para un rol estratégico. Más allá de sus credenciales académicas, su camino ha sido meteórico: ha sido asesora y jefe de gabinete en diferentes entidades nacionales, posicionándola como una de las funcionarias más jóvenes y con mayor ascenso dentro del actual gobierno.
Bajo la tutela del ministro Juan Carlos Florián, el Ministerio de la Igualdad enfrenta el desafío de revitalizar la confianza en programas sociales como Jóvenes en Paz, que ha sido objeto de debate por su alcance y resultados. La transición en el cargo ocurre en un contexto de cambios frecuentes en el gabinete y bajo la sombra de polémicas por presuntas irregularidades administrativas, que obligan a Guerrero a demostrar transparencia y capacidad de gestión.
Así, mientras Colombia observa con atención esta apuesta por la juventud en la política, surgen las preguntas inevitables: ¿podrá una funcionaria tan joven y sin formación universitaria consolidar un programa tan vital? ¿Responden los nombramientos a méritos reales o a cercanías políticas? En un país donde la política social es más que números, las expectativas y las dudas crecen al ritmo de los años de su nueva viceministra.