Actualmente contamos concretamente con dos estudios, los cuales afirman que la exposición prolongada a la contaminación atmosférica aumenta los síntomas de depresión.
La primera publicación realizada en JAMA revela que investigadores de harvard
realizaron el análisis de casi nueve millones de personas, en donde más de 1,52 millones de ellos fueron diagnosticados con depresión durante el período de estudio de 2005 a 2016, concluyendo que Los contaminantes a los que estuvieron expuestos como partículas finas como polvo o humo, dióxido de nitrógeno fueron factores relevantes en la depresión.
En la segunda investigación realizada por gran bretaña y china, pudieron concluir observando aproximadamente 390.000 personas que la relación entre una exposición prolongada a un aire contaminado aumenta el riesgo de depresión y ansiedad.
