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¿Qué significa la ausencia de Messi y Ronaldo en The Best?
Este jueves 6 de noviembre de 2025, desde la sede de la FIFA en Zúrich y con la hora colombiana marcando las novedades, el fútbol mundial fue testigo de una edición histórica en los premios The Best. Por primera vez en años, ni Lionel Messi ni Cristiano Ronaldo figuran entre los finalistas al mejor jugador del año. Un cambio generacional que resuena más allá del césped, anunciando una nueva era para el deporte rey.
El panel de expertos de la FIFA, encargado de seleccionar a los candidatos, dio a conocer once aspirantes que reflejan el dominio del Paris Saint-Germain y Barcelona, con siete jugadores repartidos entre ambos clubes. Ousmane Dembélé, Achraf Hakimi, Nuno Mendes y Vitinha encabezan la lista desde París; Pedri, Lamine Yamal y Raphinha representan a Barcelona; Kylian Mbappé, ahora en Real Madrid, destaca como el único representante del club español en la nómina. También figuran Harry Kane del Bayern Múnich, Cole Palmer de Chelsea y Mohamed Salah de Liverpool. Esta configuración no solo es reveladora de la concentración del talento en ciertas instituciones, sino también de las dinámicas cambiantes del fútbol europeo.
En el fútbol femenino, la votación incluye a 17 candidatas, con un protagonismo notable para España, que presenta a figuras como Aitana Bonmatí, Alexia Putellas, Mariona Caldentey, Claudia Pina y Patri Guijarro. Acompañan a estas futbolistas talentos de Francia e Inglaterra como Sandy Baltimore, Lucy Bronze y Lauren James, reafirmando el auge y la revitalización del fútbol femenino en Europa.
Para escoger a los ganadores, la FIFA mantiene un sistema de votación que reparte el peso en cuatro grupos iguales: capitanes y entrenadores de las 211 federaciones afiliadas, junto a los miembros de la prensa especializada. La votación, abierta hasta el 28 de noviembre a las 18:59 hora colombiana, tiene en vilo a aficionados y protagonistas, mientras se espera que la ceremonia de entrega se lleve a cabo en diciembre, siguiendo la tradición anual.
Este giro en la narrativa futbolística plantea preguntas inevitablemente sobre el futuro: ¿cómo afectará este relevo generacional la identidad del deporte? ¿Podrán estas nuevas figuras llenar el vacío dejado por íconos indiscutibles? La atención, centrada ahora en estas promesas, refleja una transición que podría redefinir el rumbo del fútbol mundial en los años venideros.


