Foto: NASA
La vida como la conocemos en la Tierra está definida, principalmente, por dos componentes importantes: agua, que compone casi el 70 % de todo lo que conocemos con vida, y carbono, por su capacidad de formar enlaces químicos, claves para los procesos y las formaciones orgánicas.
Por eso es tan importante el descubrimiento hecho por la NASA en el Centro Espacial Johnson, que trajo y estudió la primera muestra de un asteroide traída a la Tierra en la historia. La muestra llegó a la Tierra el 24 de septiembre, y este miércoles se presentaron los resultados públicamente.
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La muestra, recolectada por la misión OSIRIS-REx, llegó en forma de polvo negro y algunas piedras pertenecientes al asteroide Bennu, un cuerpo celeste con aproximadamente la misma edad que nuestro planeta. Después de varios análisis, los primeros de muchos, los investigadores de la NASA dieron a conocer que allí encontraron carbono y minerales hidratados, dando señales de composición de agua.
Hace algunos días, los investigadores del Centro Espacial Johnson, en Houston, Texas, declararon su sorpresa pues hallaron más material de lo esperado, esperando que estas muestras sean investigadas y analizadas durante los próximos años. Se estima que podrán guardar hasta el 70 % de esta muestra para análisis posteriores.
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Bill Nelson, director y administrador de la NASA, expresó en la presentación de los resultados que “casi todo lo que hacemos en la NASA busca responder preguntas sobre quiénes somos y de dónde venimos. Las misiones de la NASA como OSIRIS-REx mejorarán nuestra comprensión de los asteroides que podrían amenazar a la Tierra mientras nos dan una visión de lo que hay más allá”.
Para Dante Lauretta, el investigador principal del proyecto, estos descubrimientos “son solo la punta del iceberg cósmico. Con cada revelación de Bennu, nos acercamos a desentrañar los misterios de nuestra herencia en el universo”.
