Durante la segunda jornada de la COP28, la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CNULD) presentó un informe que revela datos alarmantes sobre la sequía, describiendo una «emergencia sin precedentes a escala global», donde los impactos masivos de las sequías inducidas por el ser humano apenas comienzan a manifestarse.
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Ibrahim Thiaw, secretario ejecutivo de la Convención, hizo hincapié en la necesidad de una transformación profunda para abordar las sequías, que se vuelven más frecuentes y graves con el tiempo, afectando negativamente los niveles de embalses, disminuyendo el rendimiento agrícola, impactando la diversidad biológica y contribuyendo a la extensión de hambrunas.
El informe resalta ejemplos preocupantes, como la cuenca del río Plata en Brasil y Argentina, que enfrenta la peor sequía desde hace 78 años, afectando la producción agrícola y los mercados globales de cultivos. Asimismo, la sequía en Europa el año pasado se cataloga como la más severa en los últimos 500 años. En el Corredor Seco de Centroamérica, 1,2 millones de personas requieren asistencia alimentaria debido a cinco años de condiciones climáticas impredecibles, incluyendo olas de calor y lluvias escasas.
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El informe aboga por la restauración del suelo, la gestión sostenible de tierras y prácticas agrícolas respetuosas con la naturaleza como medidas críticas para fortalecer la resiliencia global ante este fenómeno. La gestión eficiente del agua también se destaca como un componente clave en la lucha contra los efectos devastadores de la sequía.