Actualmente, en la Plaza Botero, además de las representativas gordas que componen las 23 esculturas de la obra del maestro Fernando Botero, hay desorden, abandono, malos olores, espacios llenos de basura, habitantes de calle por todas partes e inseguridad por la presencia de ladrones; así lo señala Katherine Torres, quien se ha dedicado por 17 años a fotografiar turistas en esta plaza y manifiesta que es necesario más presencia de policía en la zona por el alto flujo de turistas que visitan al día el lugar.
Esta icónica plaza se vuelve una parada obligatoria para los turistas por su cercanía con otros sitios representativos como el Palacio de Cultura Rafael Uribe Uribe, El Museo de Antioquia, el Palacio Nacional, etc. Este año, a diferencia de otros lugares emblemáticos de Medellín, la Plaza Botero se quedó sin los tradicionales alumbrados navideños, aunque la Gerencia del Centro manifiesta que esto es decisión de EPM, actualmente se desconoce la razón de este descuido.
Cabe mencionar que el año pasado, con el fin de brindar seguridad a las personas que trabajan y visitan la plaza, la Alcaldía de Medellín colocó 202 metros de vallas electrosoldadas que solo permitían el ingreso vigilado, estrategia que debió ser retirada en octubre de este año porque se habían convertido en el blanco de ladrones, incluso las autoridades rescataron algunas en chatarrerías de la zona; ahora solo quedan los huecos donde fueron instaladas estas vallas.
