Foto: Asociación de Corporaciones Autónomas Regionales y de Desarrollo Sostenible / ASOCARS
La conservación ambiental y de la biodiversidad es una de las mayores preocupaciones en cuanto a sostenibilidad a nivel global, por la alta degradación de los espacios naturales y la continua extinción de especies animales y vegetales. Las Naciones Unidas, de mano de la Unesco, diseñaron un programa para gestionar la biodiversidad: las reservas de biosfera.
Recientemente, este 5 de julio, la Unesco designó el Darién Norte Chocoano como una reserva de biósfera, la séptima en Colombia. Allí, entre Acandí y Unguía, confluyen uno de los mayores puentes de biodiversidad entre América del Norte y del Sur, por medio de bosques tropicales y zonas marinas, además de la confluencia de más de 24.000 habitantes.
Una de las intenciones de estos espacios, según este organismo, es la de “entender y gestionar los cambios y las interacciones que se producen entre los sistemas sociales y ecológicos”, por lo que la interacción de las comunidades con estos entornos es crucial. En el Darién Norte Chocoano “se prevé la adopción de una agricultura sostenible y la mejora de la cadena de comercialización de los productos agrícolas”, por ejemplo.

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Para Catalina Ceballos, directora de Asuntos Culturales de la Cancillería de Colombia, el reconocimiento de esta zona como reserva de biósfera “significa que somos un país que tiene un pensamiento integral y que pensamos en la salvaguarda de nuestra naturaleza y en la salvaguarda de nuestras prácticas culturales”.