Foto: Vatican News
En un acto de perdón y de reconciliación interreligiosa, las autoridades musulmanas de Pakistán acompañaron al arzobispo de la Arquidiócesis de Lahore, Pakistán, al punto cero de un ataque perpetrado contra familias cristianas inocentes en aquel país. El ataque fue cometido por extremistas islámicos que acusaron a los cristianos de profanar el Corán.
El 16 de agosto de este año, en Jaranwala, barrio de la provincia de Punjab, en Pakistán, una comunidad cristiana sufrió un ataque de odio fomentado por extremistas que llevó a que una muchedumbre de religión islámica atacara las iglesias y viviendas de esta comunidad. Varias de estas estructuras fueron incendiadas y destruidas, y aunque no hubo heridos, hubo familias que lo perdieron todo. Desde el Vaticano rechazaron estas acciones.
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Esta semana, líderes musulmanes de este país, más concretamente de Lahora, una de las ciudades más importantes en el islamismo pakistaní, se reunieron con el arzobispo Sebastian Shaw, para pedir perdón por lo sucedido a las familias afectadas. Incluso, estos líderes se comprometieron a responder financieramente por la educación de los hijos de los afectados hasta la universidad.
Esta información, revelada por Shaw, indica una gran muestra de respeto y reconciliación entre religiones en el Medio Oriente. De acuerdo con él, el imán (líder) de la mezquita de Lahore “expresó su firme condena por lo sucedido, asegurando que ejercer la violencia contra inocentes no se corresponde con las enseñanzas propias del islam”.
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En total fueron 21 las iglesias destruidas, junto con varias Biblia y hogares. Al lugar, además de líderes religiosos, también fueron a hacer presencia Siraj-ul-Haq, jefe del partido político islámico más grande del país, y el primer ministro encargado Anwaar ul Haq. Ambos rechazaron los ataques, mientras que el primer ministro aseguró que los culpables de aquellos hechos responderán ante la justicia.
Desde el Vaticano, sin embargo, no tienen mucha esperanza en que esto suceda. De acuerdo con Gilbert Shahzad, asistente eclesiástico de la Asociación Cristiana Pakistaní en Italia, este ha sido un tema recurrente en aquel país y “nunca han sido castigados. Nunca se ha castigado a nadie. Hay que asegurar a los cristianos que son ciudadanos paquistaníes, que pueden vivir pacífica y libremente”.