La imagen venerada del Santo Cristo de Lepanto en la catedral de Barcelona ha revelado un sorprendente secreto durante su proceso de limpieza; a través del uso de una simple goma de borrar y agua caliente, se ha descubierto que el color negro que caracterizaba a la figura no era realmente su tonalidad original sino mugre.
El hallazgo ha causado asombro puesto que la imagen ha experimentado una transformación radical al perder su característico color negro. Durante el proceso de restauración se ha revelado que la capa oscura que cubría la figura era producto de la acumulación de suciedad, hollín y el humo generado por las velas encendidas en la catedral.
Este descubrimiento ha generado un gran impacto tanto en la comunidad religiosa como en los visitantes de la catedral, pues al retirar dicha capa negra, los restauradores han podido apreciar que la talla conservaba su tono cromático original, revelando una imagen completamente distinta a la que se había venerado durante años.
