
Cuando el embarazo supera las 41 semanas y el bebé aún no ha nacido, muchos médicos optan por inducir el parto para evitar posibles complicaciones tanto para el bebé como para la madre. De hecho, una práctica muy común que se lleva a cabo entre las madres gestantes va relacionada con el aceite de ricino.
La apariencia de este líquido es viscosa, de color amarillo pálido, sin olor ni sabor fuerte. Este aceite se utiliza como conservante en la industria farmacéutica y alimentaria, especialmente para aromatizar chocolate o caramelo, además de que ayuda a aliviar el estreñimiento y vómito puesto que funciona como un laxante.
Cuando se ingiere, el aceite de ricino actúa como un estimulante intestinal provocando contracción debido a que el útero se irrita, lo que teóricamente hace que se acelere el trabajo de parto.
Sin embargo, debe tener en cuenta que las contracciones causadas por el aceite de ricino pueden ser más dolorosas e incluso en ocasiones causar diarrea y deshidratación, lo que podría poner en riesgo su vida y la del bebé, sus efectos dependerán del organismo de cada futura mamá.
Recuerde consultar con su médico de confianza antes de comenzar un tratamiento de ricino con propósitos de tener un parto más rápido.