Entrega o reencauche: la disputa por las ambulancias en Antioquia
En la madrugada del sábado 24 de mayo de 2025, en Itagüí, el presidente Gustavo Petro presentó con un tono esperanzador la entrega de 23 ambulancias a municipios de Antioquia. Anunció además que 13 vehículos más llegarían pronto, en un esfuerzo por fortalecer la atención en salud rural del departamento. Sin embargo, la luz de celebración se mezcló rápidamente con sombras de disputa y desconfianza.
Lo que parecía un acto de progreso se tornó en una aguda polémica. El gobernador de Antioquia, Andrés Julián Rendón, y varios alcaldes regionales, entre ellos Sebastián Garcés (Jericó), Wilser Darío Molina (Amagá) y David Alejandro Hoyos (Cocorná), desmintieron la versión presidencial. Aseguran que estas ambulancias no son nuevas; fueron entregadas ya en 2023 y están en uso hace tiempo. “Como alcalde del municipio de Jericó indico y aclaro que estas ambulancias fueron entregadas al ente territorial en el año 2023 y no en el 2025”, afirmó Garcés con contundencia. Denunciaron que la presentación oficial configuró un “reencauche” mediático más que una gestión reciente.
Las evidencias que aportan son palpables: fotografías que muestran logotipos de la administración departamental anterior en los vehículos, el desgaste visible en las ambulancias, como la necesidad de cambiar llantas, y la confirmación de que gran parte de los recursos para la compra provinieron de la Gobernación de Antioquia. Rendón fue enfático al calificar como “engañoso” mostrar la entrega como una iniciativa nueva del Gobierno Nacional, cuando en realidad se trata de equipos cuya adquisición y uso se remontan a más de un año atrás.
Esta disputa no es sólo sobre ambulancias, sino sobre la narrativa política y el crédito de una gestión sanitaria que involucra a varios niveles de gobierno. La presentación presidencial, más que una celebración por el fortalecimiento de la salud rural, desató una discusión sobre la transparencia y el reconocimiento del esfuerzo regional previo. Mientras tanto, la ciudadanía, especialmente en las zonas rurales que esperan servicios inmediatos y efectivos, observa con atención cómo las autoridades dilatan la concertación y sobreponen intereses políticos a necesidades urgentes.
¿Podrá el Gobierno resolver esta paradoja donde la ayuda prometida llega con sombras de dudas? A partir de ahora, la atención en salud rural de Antioquia queda inscrita en una lucha que trasciende las ambulancias y plantea preguntas sobre la gestión pública, la colaboración interinstitucional y la confianza social. Porque cuando las ruedas están gastadas pero los discursos lucen nuevos, la comunidad se queda en la duda: ¿quién realmente cubre la emergencia?
La incertidumbre persiste, y el llamado es claro: que la transparencia y la veracidad sean las verdaderas ambulancias que circulen entre los municipios, más allá de los vehículos.